Negra cerradura (Poema).

Van tronando dedos los testigos
donde los dramáticos postigos
avanzan al tiempo de las dunas
como mariposas en ayunas.

Van brotando al borde de la cama
pues buscan la luz de alguna escama
azul de la lluvia vespertina
trastornando su fiel serpentina
ante la amapola que se inflama.

Si
candor de otoño peregrino
con su grito rojo de cerezas
dale tus pupilas al luciferino
sueño de las dudas sin certezas.

Negra cerradura
cierra tu ojo exánime de verbos
hoy somos los siervos
de la vestidura
que lleva en su vientre los acervos
con su simple y basica llanura.