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lunes, 16 de marzo de 2015

Leyenda del Ombú


Hoy traigo una leyenda -hecha por mí- y que está en mi libro "Puro Cuento.

Hace muchísimos años, nuestras tierras eran habitadas por distintas razas aborígenes. Había amistad entre ellos, y podían formarse pareja entre los jóvenes de tribus vecinas. Esto sucedió con Quetrel y Tohila, que juraron amor eterno, frente a la hoguera sagrada de homenaje a Tupá.
Juntos hicieron su choza, en un claro del monte, y con amor regaron dos hierbas, uno a cada lado de la morada, para que les diera sombra en verano.
Al paso del tiempo fue creciendo su amor, y las hierbas se transformaron en frondosos árboles, a los que solo les faltaba endurecer sus maderas, con un par de meses más delo riego apasionado de los enamorados jóvenes
Pero enterado Añá -el dios malo. que Tupá -el dios bueno- protegía a la feliz pareja, decidió enviar a Meibá, el viejo y gigante yaguareté, que se alimentaba de aborígenes. Enterada la pareja de su presencia, corrieron para salvar sus vidas, uno hacia la derecha, y otro hacia la izquierdal ya que no estaban juntos en ese momento, y cada cual buscó la hierba gigante más cercana, en la cual refugiarse. Como dicho árbol se había formado a base de amor, el yaguareté no pudo subir a ellos y decidido a no volverse vencido, esperó paciente a que sus víctimas bajaran., Pero no fue así.
Leyenda del Ombú

Pasaron los años y los jóvenes seguían en su sitio. Se alimentaban con el amor que regaba a las gigantescas hierbas, por lo cual la misma no pudo endurecer definitivamente su madera. de noche, se miraban con el resplandor de sus ojos, que ardían como pira en la oscuridad de la noche. De día, se alimentaban con su amor.
´ Así transcurrió el tiempo de la pareja, hasta que una noche, el fuego de sus ojos fue consumiendo el cuerpo de ambos, hasta quedar solo sendas luminosidades en las ramas de la gigante hierba.
El yaguareté viéndose privado de comerse los cuerpos, solo tuvo que resignarse y marcharse del lugar.
La vieja choza, tapera por muchos años, fue desapareciendo poco a poco con el tiempo. Luego llegaron los colonizadores, ue a su vez trajeron a los nuevos dueños de estas tierras, y voltearon aquellos árboles y todo lo demás, para labrar el suelo.
leyenda

Quetrel y Tahila no volvieron a juntarse, pues ya no tenían una forma física para verse. Así que vagaron por la tierra, ocupando su amor para regar nuevas hierbas, que eran algo así como mojones para anunciarle a su amado que algún día la suerte los pueda unir de nuevo.
De ahí, que en cada rancho donde existe esa hierba gigante, con el tiempo queda tapera. Y de ahí que en noches oscuras, suele verse una luz en el follaje del árbol, que es ni más ni menos que uno de los aborígenes que brilla en ellos. Pero a esa luz solo pueden verla las personas buenas de corazón, porque a ellas se les presenta, y los sigue para pedirles que encuentre a su amor perdido. Por eso, no hay que tenerle miedo, sino compasión. Y si alguien descubre la manera de hacer que esas dos luces se enfrenten, y se fundan en una sola. no tengan la menor duda que será testigo de la más grande historia de amor de todos los tiempos.
ombu

Hasta la próxima

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