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viernes, 10 de abril de 2015

『Ridoru�


Esta primera versión de Ridoru incluye tres historias, creadas completamente por mí. Se advierte que en la última historia, Leax, las descripciones son algo fuertes. Es sólo para avisarles que su contenido es explícito, sin "censura", por así decirlo.

ã??Escuridaoã??

A los trece años; tres meses antes de mi cumpleaños; mientras caminaba sobre un puente, fui víctima de un accidente de motocicleta durante el atardecer. El puente era antiguo y de madera, las barandillas de ambos lados estaban caídas y no servían para su función. El motociclista estaba ebrio, mientras que se supone yo estaba adentrado en una pequeña tableta de juegos. Pocos metros de mí el conductor intentó frenar al notar que se acercaba demasiado, eso es lo que se supone cuando se vieron las marcas de neumáticos, pero a la velocidad que tenía, los frenos no fueron capaces de detener la motocicleta antes de chocar contra mí y una chica que estaba cerca mía. Los tres fuimos lanzados hacia el río seco junto a la motocicleta y unos restos del borde de madrera.

Al despertar estaba en un cuarto completamente gris a excepción de las cortinas azules corridas para dejar entrar la luz de un atardecer casi terminado a través de una ventana a la derecha. La cama también era gris, mientras que mi ropa, que no era más que una bata, era celeste. Al intentar levantarme sentí una gran punzada en todo mi cuerpo, en especial en mi cabeza. Al resignarme, empecé a mirar más profundamente el lugar evitando mover mucho el cuello y el cráneo. Junto a la cama, al lado derecho, había una mesilla gris con un jarrón transparente, donde posaban unas cuantas flores azules. Frente a la cama había una gran cortina gris que separaba la habitación y me impedía ver más allá. Al lado izquierdo de la cama había una maquina que hacía un pequeño sonido cada uno o dos segundos, poseía una pantalla negra donde se veían líneas de diferentes colores subiendo y bajando, y al lado de éstas habían algunas letras y números que no entendía.

En ese momento no sabía que sucedía, sólo podía pensar en el accidente. No sé qué estaba haciendo en ese momento, pero por el rabillo del ojo lograba ver a una persona junto a mí, mis oídos empezaron a escuchar un motor cada vez más cerca. Y cuando lo había notado, ya estaba en el aire con un gran dolor atravesando mi cuerpo cuando logré ver a una motocicleta frente a mí, a un hombre joven y a una chica, mayores que yo. Todo el resto del recuerdo era negro.

Cuando terminé de recordar, empecé a dormirme rápidamente por el cansancio que sentía en ese momento. Pasaron los días en el hospital y mi cuerpo empezó a responderme correctamente. Ya había descubierto, antes de pasada una semana, que sufría de amnesia, la cual, dicen los médicos, fue producto del accidente. No era capaz de recordar nada más atrás en el tiempo desde el accidente.

Los médicos, a mediados de la tercera semana en el hospital, me permitieron salir de la habitación. Mis piernas estaban en buen estado y consideraron seguro el caminar. Finalmente fui dado de alta casi al mes de ser ingresado en el hospital.

Mi escuela era grande, poseía primaria, secundaria inferior y superior. Primaria poseía cinco grados, secundaria inferior tenía cuatro, mientras que la superior sólo tres. Cada grado tenía más de cuatro cursos, sin contar laboratorios, talleres y muchas otras salas para las materias correspondientes de cada grado. Me habían explicado la distribución, pero al ver el gran edificio frente a mí el lunes por la mañana, me sentí envuelto en temor.

Sin darme cuenta del tiempo, ya estaba frente a una puerta azul, no había ventanas a mi altura y no podía ver el interior. A la izquierda de la puerta posaba un cartel blanco, que contrastaba levemente el gris del muro, donde estaba colocado un número y dos letras. El sistema de cursos funcionaba de manera que primero se nombraba grado y la letra distintiva, y en caso de estar en secundaria superior, se colocaba una S; pero en caso de no serlo, simplemente se repetía la letra del curso.

A mi izquierda estaba la profesora Martínez, su cabello era castaño claro, tenía pendientes blancos, circulares, llevaba maquillaje pálido y sus labios mostraban su pintura extrema roja fácilmente. Abre la puerta, que a diferencia de las de casa, ésta se desplaza en horizontal, en vez de girar. Tiene el mismo tipo de pomo que las puertas de casa, pero su forma de abrir es distinta, sencillamente fascinante. Pero no es momento para examinar la entrada, debía presentarme, volver a presentarme, a mi curso. Apenas traspaso la entrada, muevo mis ojos rápidamente para ver a mis compañeros, nuevos o viejos según se mire.

Mi cabeza me empieza a doler, mi visión se emborrona, escucho gritos amortiguados, estoy por perder la consciencia. Intento mantenerme despierto, pero me resulta imposible: Una leve canción empiezo a escuchar en mi mente, me estaba atrayendo contra mi voluntad. Mi visión se vuelve negra, ya no escucho nada más que la canción. Siento nostalgia, pero la letra no tenía sentido, tal vez estaba en otro idioma.

Termino siendo absorbido por la música y la letra deja de escucharse. Y finalmente, silencio absoluto...

Nada se escucha... ni lo hará...


ã??Raito: Saishoã??

-Sólo calma, necesitamos calmarnos.

-Lo sé, lo sé, sólo... sólo...

-Tranquilo, podemos superar ésto. Sólo necesitamos entrar en calma, pensemos en algo bueno. Piensa en Rile, imagina todas las veces que nos hemos divertido los dos juntos.

-Sí... puede que eso merezca la pena... Pero...

-Entiendo que no podamos centrarnos, pero debemos esforzarnos por hacerlo. Por nosotros y por Rile.

-¿Cómo vamos a aprobar el colegio?, no soy capaz de iniciar las tareas...

-Lo sé, es difícil... por eso hay que aprobar las pruebas, sé que podemos lograrlo sin casi esfuerzo, sólo repasar en casa, sé que no podremos estudiar. Por eso... por eso tendremos que esforzarnos en entender la clase y rezar que no tengamos que estudiar en casa para aprender.

-No, eso es imposible. Nos irá pésimo. No podré confesarme a Rile. ¿Por qué debo seguir en este maldito mundo?

-Rile llorará nuestra pérdida. No podemos ser tan egoístas como para hacerle sufrir.

-¿Cómo lo sabes?, ¿Cómo sabes que nos aprecia?

-Pues entonces nuestra madre.

-No, no nombres a madre. Ella no es más que un fracaso. Ella no merece mi lástima.

-Entonces en padre.

-Ã?l tampoco. Puede que la merezca un poco, pero tampoco me defiende de madre. Sus lazos biológicos no significan nada, absolutamente nada. Unos verdaderos padres deben de criarme, no avasallarme. Unos verdaderos padres deben construir a un hijo que crea en sí mismo. Los padres falsos sólo te destruyen y al público le muestran al hijo de perfil, evitando que se vean los problemas.

-Piensa en nuestra hermanita, Saly. No soporto dejarla con esos monstruos de padres.

-Ella crecerá bien, no sufrió igual que yo a su edad. Pude evitarlo. Ella...

-¡Para!, ¡Deja de crear escusas!, ¡Ambos sabemos que no podemos dejarla sola!

-Rile la cuidará, estará bien.

-En caso de que Rile la cuide, tendría que sufrir a manos de madre. Si logra superarla, lo único que estará en su mente seguramente sea proteger a la hermana de su mejor amigo.

-No, no sabemos si ella me considera como amigo, tal vez me esté utilizando para algún propósito que desconocemos.

-¡No puedo discutir contigo!, ¡Lo único que haces es crear barreras para que nadie pueda ayudarnos!

-Sólo cállate... estoy cansado de escucharte todo el tiempo. En las pesadillas, al despertar, al comer, al acostarme, al caminar... Eres sólo una molestia.

-Intento ayudarte. Tú me creaste para que yo tomara control de la situación, ¿Por qué no quieres ahora que lo haga?

-Eres un maldito fallo. Al crearte, en algún momento hubo un fallo. No puedes ayudar en nada.

-He podido hacer fallar todos tus intentos de suicidio. Puedo evitar éste también. Eso es ayuda.

-No, tú no puedes controlarme. Las otras veces sólo fue que bajé la guardia. Esta vez no permitiré que vuelvas a controlarme.

-Por favor, sólo para. Intenta crear a otro que pueda manejar la situación, a alguien que pueda sobrevivir en este mundo.

-¿Para qué?, ¿Y qué sucedería conmigo?, mi cuerpo sufriría, el que tenga mi cuerpo sufrirá. Este mundo no nos necesita para nada. No le interesará nuestra muerte.

-No tenemos por qué ver a nuestro cuerpo sufrir. Sólo vayamos a algún sitio de nuestra mente y quedémonos ahí. No notaremos nada. Incluso podríamos luego volver a controlar a este cuerpo.

-Si creo a otro, tú desaparecerás, eso es lo que mi mente puede hacer, es lo máximo que puede hacer. ¿Desaparecerías sólo por mí?

-Por supuesto, yo soy tú, y quiero lo mejor para ti, lo que provoca...

-Silencio, no quiero filosofía, por favor...

-¿Entonces?, ¿Lo harás?

-¿Qué cosa podría salir mal?, ¿Por qué no intentarlo?, a fin de cuentas si fallo, simplemente mi vida desaparecerá cuando me suicide.

-Espero que nos veamos cuando seamos ancianos. No quiero que nos suicidemos.

-Vale, sólo espero que puedas ver al ente nuevo empezando a controlar mi cuerpo.


ã??Leaxã??
El aurora de rosados dedos parecía estar apareciendo en el horizonte. Nile no podía estar más excitado: Violarse a la chica más guapa de la clase, luego comérsela de a trozos y continuar con la violación luego de que su víctima hubiese muerto.

Todo empezó en una discoteca en la noche anterior. Ambos habían participado en un pequeño grupo de la clase que visitaron la discoteca. Ella se había emborrachado y desaparecido rápidamente entre la multitud. Nile la encontró perdida en sus ilusiones, a causa de esa droga líquida, desplomaba y consciente en la entrada al edificio.

Ayudó a levantarla y decidió llevarla a su departamento. No sabía donde la chica vivía y no parecía poder descubrirlo con el estado de su dueña. Solían caerse a menudo durante el trayecto. El frío de la noche provocaba la aparición del vaho. Ambas respiraciones eran pesadas: Ella respiraba sin saber como medir su fuerza y él respiraba congelándose, ya que decidió darle sus prendas más gruesas a la chica para que se protegiera del frío. Llegaron al apartamento donde él vivía, solo, teniendo, al igual que ella, simplemente diecisiete años.

Ella apenas sintió el tibio aire del pequeño sitio, se desplomó en el suelo, causando que Nile cayera también. Su maquillaje camuflaba el rubor del alcohol en sus mejillas. Nile cayó sobre ella y pudo centrar su mirada en su rostro. Nile la miraba con unos ojos confundidos, que rápidamente se convirtieron en los de un pervertido, y prontamente en los de un psicópata. Empezó a desnudarla, le amarró los brazos y las piernas con lo que pudo: Alambres, cuerdas, cintas, cables eléctricos y muchas otras cosas más. Estaba excitado: Tendría sexo con una bella chica, además de perder la virginidad.

Del bolsillo de su abrigo extrajo una pequeña pastilla y algo de polvillo blanco en una bolsa cerrada transparente. Se tragó la pildor e ingirió el polvillo a través de su nariz. Empezó a violarla lentamente, descubriendo la virginidad de la muchacha. Pronto lo hizo más fuerte, haciéndola sangrar y chillar del dolor.

Una loca idea le pasó por la cabeza apenas acabó dentro de ella: ¿Cómo sabrá la carne humana?. Ella ya había dejado los efectos del alcohol e intentó gritar, cuando descubrió que su boca había sido amordazada.

Con su miembro aún erecto, Nile se dirigió a la cocina, extrajo un cuchillo y volvió con la joven. Ella se movía bastante, seguramente sabía lo que haría Nile. Lo primero que cortó fue todo el dedo índice de la mano izquierda. Pero no lo comió, sino que lo adentró en el trasero de la muchacha. Luego cortó un trozo profundo de mejilla, y en esta ocasión si se lo tragó.

Así prosiguió toda la madrugada. Lo que tuviera huesos, los dejaba dentro de la chica, mientras que si sólo era carne, lo comía. "Dulce, es dulce" decía cada vez que ella chillaba como bebé cuando le extraían una parte de su cuerpo.

En sus últimos respiros, en sus últimas convulsiones, Nile le acuchilló el ojo diestro y lo comió sin cuidado de destruir el globo ocular. Ella ya había dejado de luchar, así que Nile le quitó la cinta adhesiva de sus labios. Abrió su mandíbula, o más bien la destrozó, para dejar a la vista clara su lengua cubierta de la sangre que debería de haber expulsado por las convulsiones. Con el borde afilado, agarró la lengua en lo más profundo que pudo, y cortó de un tajo, soltando la lengua a la boca del violador, que sin dudarlo lo comió como si de un trozo de sandía en la playa se tratara.

A pesar de haber muerto la jovencita, Nile continuó con su rutina, e incluso siguió eyaculando en su vagina cada vez que podía.

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