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miércoles, 8 de abril de 2015

Te rascas los huevos y te oles la mano lince? pasate


Desvelando tabús: Rascarse los huevos y olerse las manos

Según la Wikipedia, la palabra tabú designa â??a una conducta, actividad o costumbre prohibida por una sociedad, grupo humano o religión, es decir, es la prohibición de algo natural, de contenido religioso, económico, político, social o cultural por una razón no justificada o injustificable. Romper un tabú es considerado como una falta imperdonable por la sociedad que lo imponeâ??.

Pues yo, por tocar los cojones, y nunca mejor dicho, voy a romperlos, ¡porque me da la gana oiga! Todos hacemos o hemos hecho cosas que no somos capaces de admitir en público. Ningún hombre hetero admitirá en público que se tiraría a un hombre (yo sólo me hubiera tirado a James Dean, con un par de copas por delante claro), ninguna mujer admitirá que ronca o que se tira pedos capaces de destrozar la capa de ozono. Está mal visto ser honesto y brutalmente sincero.

Pero hace poco hablaba con alguien entre cervezas de esa costumbre que tenemos los tíos de rascarnos las pelotas. Yo no me las rasco en público. Si me pican, me meto la mano en el bolsillo y disimuladamente intento rascarme. Eso sí, como sea un picor de esos que te va la vida matar, me escondo donde sea por acabar con él.

Rascarse las pelotas no es síntoma de virilidad, ni de tener ladillas ni cosas así. Los testículos están protegidos por muchas capas de piel y tienen una temperatura diferente al resto del cuerpo. De nada chicas, nunca os acostaréis sin saber algo nuevo. De vez en cuando pican como te puede picar el brazo, sólo que por su protección y temperatura este picor suele ser debido al sudor o al calor de la ropa.
Y a mi, como a todos me pican de vez en cuando. Y me rasco. Sin problema. Creo que no iré al infierno por ello. Pero en aquella conversación surgió otro tema más espinoso que aún se desconoce. Algunos hombres se huelen las manos después de rascarse las pelotas. Yo lo he hecho, no sabría decir por qué. Quizás curiosidad, no lo tengo claro. Y no huele a nada, bueno, a ti mismo diríamos.

El caso es saber por qué lo hacemos. He estado investigando y las hipótesis son muchas, pero no hay una explicación científica al respecto. Lo más cercano y lógico que he leído es que los humanos, como hacen los gatos o los perros lamiéndose, también necesitábamos hace miles de años desparasitarnos. Y por la evolución, pasamos de lamernos las manos después de rascarnos las pelotas, ya que no nos alcanzamos a lamernos las pelotas directamente (gracias a Dios porque si no, estaríamos ahí todo el día dándole al tema), a simplemente, olernos las manos.

Ala, los que os rascáis las pelotas y os oléis las manos luego ya podéis dormir tranquilos, no sois unos enfermos mentales (bueno, algunos sí, eso seguro). Las pobres novias que os mosqueáis porque vuestro novio se rasca los cojones y lo tacháis de guarro vicioso, ya sabéis que no tiene ladillas de vuestra mejor amiga ni es un pajillero enfermizo, simplemente, somos así.

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