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sábado, 11 de abril de 2015

Niña asesina


Hola taringueros.
¿pues que les cuento? Me encanta hacer post de asesinos famosos y hace dias decidi investigar sobre asesinos infantiles (bisarro, lo sé) y me encontre con una mexicanita que llamó muhola atencion: Ana Carolina Lopez Enriquez.

Niña asesina


Ana Carolina López Enriquez nació en el Distrito Federal (México) en 1996. Su madre biológica, era infectada de VIH (SIDA) la dio en adopción siendo ella una niña apenas. Adoptada en el DIF (Desarrollo Integral de la Familia) del Distrito Federal, en el año de 1997, por una sobrina del héroe revolucionario mexicano Abraham González de nombre María Albertina Enriquez Artegón y Efrén López Tarango. De infancia consentida, fue causa de burla en secundaria y preparatoria, â??Anita la Huerfanitaâ?? le decían, ya que era evidente que no era hija natural de Albertina y Efrén. Albertina de 68 años y Efrén de 88 años. Su padre biólogico murió muchos años antes, su madre apenas en el 2008. y tiene una hermana mayor que ella.

Fotos de su perfil de facebook

Ana Carolina Lopez Enriquez


Todo comenzó el día 4 de mayo cuando elementos de la policía ministerial de Chihuahua encontraron dos cadáveres carbonizados de personas mayores en un paraje de la calle Faisán de la colonia México, al sur de la ciudad. Comenzaron las indagatorias y el primer paso fue establecer la identidad e investigar con los familiares. Ese mismo día, la autoridad ministerial, recibió el reporte de la desaparición de María Albertina Enríquez Artegón y Efrén López Tarango, de 69 y 88 años respectivamente, con domicilio en la Calle 25 y Bustamante número 2505 de la Colonia Altavista. La menor se mostró incrédula en los interrogatorios; dijo que jueves y viernes había estado con sus padres, fue hasta el sábado 4 que los perdió de vista, por lo que decidió reportarlos como desaparecidos. Los investigadores detectaron algunas irregularidades y decidieron cuestionar al novio de la joven.

Su novio José Alberto Grajeda Batista, al ser interrogado, cayó en contradicciones y comenzó a decir la verdad. â??¡Ya no puedo más, necesito un psicólogo!â??, pidió a investigadores de la fiscalía, según consta en actas judiciales. Le estaban haciendo preguntas de rutina sobre la desaparición del empresario Efrén y su esposa Albertina, dueños de una decena de bares y expendios de licor en la ciudad, además de distintas propiedades en Chihuahua y Texas. Eran padres adoptivos de su novia, Ana Carolina. Narró a las autoridades, que ellos los habían asesinado en complicidad con un amigo de nombre Mauricio Alexis Domínguez Zamarrón. â??La labor de investigación, establece que la menor, primero le comentó a su novio, José Alberto Grajeda Batista, que ella tenía problemas con sus padres, luego lo platicaron con un amigo de nombre, Mauricio Alexis Domínguez Zamarrón, quien ideo la forma de privar de la vida a la pareja, e incluso de cómo borrar las huellas y todo tipo de evidencia que los incriminara.
Novio de Ana
nina mata a sus padres adoptivos


Asimismo, la FGE asegura, que las entrevistas fueron video grabadas en presencia de un Defensor Público, donde Ana Carolina López Enríquez., de 17 años, hija adoptiva de la pareja, al igual que su novio, José Alberto Grajeda Batista y Mauricio Alexis Domínguez Zamarrón, expresaron a detalle como cometieron el crimen y en las indagatorias hay indicios que establecen que la menor lo planeo para beneficiarse económicamente. Para quienes trataron a Ana, la describen como tranquila, reservada, inteligente, no muy sociable y aunque se llevaba muy bien con sus cuatro amigos compañeros de escuela, no obstante, señalan que en ocasiones se aislaba y era inexpresiva.

De acuerdo a su última evaluación psicológica, Ana Carolina es una criminal muy violenta, ya que bajo los estándares del FBI presenta una escala de violencia de 9 sobre 10, la más alta. La adolescente carece de remordimiento por sus crueles actos y se reveló que, desde que sus compañeros la molestaban en la secundaria por ser adoptada, comenzó a desarrollar â??el llanto como una forma fina de manipulaciónâ??. Las conclusiones del reporte indican que Ana Carolina planeó la muerte de sus padres adoptivos por más de un año; tiempo en el cual se hizo a la idea de que podía asesinar a sus padres, que â??era igual a deshacerse de un objetoâ??.

Con sus 1.48 metros de estatura y un coeficiente intelectual elevado, la joven sabía que no podía llevar a cabo el crimen sola, así que comenzó a buscar quien la ayudara: su novio, José Alberto, y su amigo, Mauro Alexis, fueron los cómplices perfectos; Alberto era sumiso y Mauro era igual de sádico que ella. A pesar de que la Procuraduría de Justicia de Chihuahua asegura que había elementos para resolver el caso, sorprendió a los especialistas que Ana Carolina no se quebró durante los 2 interrogatorios a los que fue sometida durante el inicio de las investigaciones; siendo su novio, quien no soportó y confesó todo.

El asesinato


Ana, su novio Alberto y el amigo Mauro, eligieron el día viernes para cometer el crimen, puesto que en esa fecha la mujer que acude a realizar la limpieza descansa, según se reveló cuando el Ministerio Publico dio detalles del asesinato durante la audiencia de vinculación de los dos varones. El MP explicó que el día de los hechos, los jóvenes esperaron a que Efrén se fuera a jugar billar, después Ana dejó pasar a su casa a Mauro y Alberto; cuando ya estaban adentro llamó a su madre Albertina para que fuera a la cocina, pero la mujer no quiso salir â??porque estaba en fachasâ??.

Con la negativa de la mujer, hicieron ruidos y fingieron que Mauro y Alberto ya se habían retirado. Al creer que ya no estaban, Albertina accedió a ir a la cocina, pero al entrar Mauro la sorprendió por la espalda y con sus manos empezó a estrangularla, después uso cables eléctricos para ahorcarla y finalmente le inyectaron tres jeringas de ácido en el pecho y en la yugular; posteriormente escondieron el cuerpo y esperaron a que llegara Efrén. A las 10, cuando regresó de la que sería su última partida de pool, Ana Carolina repitió la operación. â??Papá, ¿no vienes a cortar fruta conmigo?â??. Alberto fue quien estranguló al padre y amarró su cuello a una pata de la mesa â??para en caso de que despertar no pudiera moverseâ?? expresó el joven en su declaración; a la segunda víctima también le inyectaron en la yugular.

Tras consumar el crimen los jóvenes tomaron alrededor de 20 mil pesos que tenían las víctimas en una bodega, después se limpiaron las manos con cloro y se â??fueron a comer Hot Dogs a un local de la Avenida Ortíz Mena, donde comentaron cómo se sentían después de matarlosâ??. Luego de cenar, regresaron a la vivienda donde bebieron las cervezas que había en el refrigerador, conversaron y fueron a dormirse. A la mañana limpiaron la escena, subieron los cuerpos a la camioneta Honda color azul, buscaron tres botes de plástico para ir a la gasolinera a comprar trece litros de gasolina.

Mauro manejó la camioneta hasta que llegaron a un terreno baldío a las fueras de la ciudad por el Periférico Lombardo Toledano, cerca de un centro recreativo de nombre Sapo Verde, ahí arrojaron los cuerpos. Al momento de tratar de quemarlos, se percataron de que no tenían con que prender fuego, por lo que subieron de nuevo al vehículo, fueron a una tienda a comprar cerillos, regresaron y finalmente José Alberto, prendió los cuerpos. Posteriormente acudieron a restaurante; después Alberto y Ana acudieron Telcel y por último, a plaza Galerías donde llegaron a una joyería para medirse anillos de compromiso, mientras que su novio José Alberto se compró un reloj.

Por la noche, Ana Carolina se arregló para ir a unos XV años en los que José Alberto iba a trabajar como mesero, ahí disfrutó la noche. Al día siguiente, Ana decidió reportar primero con su tía y después a las autoridades a sus padres como desaparecidos.

La frialdad que mostró Ana, al hablar y confesar el crimen así como su actitud imperturbable en la audiencia ante el juez llamó poderosamente la atención de personal de la Fiscalía, cómo si se tratara de un pequeño Aleister Crowley; la aparente falta de remordimientos dejó impactado a personal que la atendió. No solo Ana llamó la atención, también el cuadro sicológico de Mauro Alexis, quién al parecer fue el primero en proponer la idea de matar a los padres de Ana; en las declaraciones de Alberto señaló que Mauro les admitió que siempre tuvo la inquietud de cercenarle un seno a su madre, cocinarlo y comérselo pero que nunca lo hizo porque derramaría mucha sangre. Además de que Alberto aseguró que tras asesinar a los padres de Ana, Mauro quería seguir matando.

Para despistar a la policía, los presuntos homicidas, se dirigieron al norte por la carretera a Ciudad Juárez, hasta tomar el camino que conduce a Namiquipa donde quemaron el automotor. Ana, así como José Alberto y Mauricio, éste último con quemaduras de primer grado en la cara, mismas que se provocó cuando quemaron la camioneta, fueron detenidos el domingo 5 de mayo del 2013 por caso urgente ordenado por el Ministerio Público a disposición de la Unidad de Investigación de Delitos contra la Vida y de la Unidad Especializada en Justicia para Adolescentes Infractores.

No obstante, en el caso de Ana, por ser aún menor de edad, la protege la Ley Especial de Justicia para Adolescentes infractores de Chihuahua, la cual estipula que la pena máxima que podrán imponerle a un menor es de 15 años de prisión, sus cómplices cadena perpetua. Estos casos, que podrían encajar en cuadro psicópata, no se habían visto antes en esta ciudad de Chihuahua.

Para quienes la han visto después del homicidio, Ana Carolina no ha mostrado la más mínima señal de arrepentimiento. En las horas iniciales tras su detención, entabló un diálogo absurdo con investigadores de la fiscalía. Testigos la describen como completamente relajada.

â??¿No te arrepientes? â??le preguntó un agente.

â??Sí y no. Sí, porque ya no me voy a poder casar con mi novio. No, porque ya no aguantaba a mis papás.

â??Vamos a suponer que no te hubieran atrapado. ¿Cómo te veías?

â??Yo, feliz.


â??¡Era una persona normal cien por ciento! â??dice Margarita, la nanaâ??. La conocí desde bebé. Todos estos años de estar con ella. Lo que le puedo decir es que no tiene nombre lo que hizo. No lo entiendo. Era muy tierna.

Nadie parece encontrar la explicación a la mutación de niña consentida a multihomicida. Quizá nada extremo en sus cambios para una adolescente, pero dejó de comer con sus padres en la casa. Comenzó a pelear a gritos. Pasó más y más tiempo frente a la computadora. Y se volvió cruel con su perro schnauzer.

Lo que Ana Carolina solía contarle en los últimos meses a sus compañeros de la escuela ya era un foco rojo. â??Un día dijo que le iba a meter un susto a sus papás por no protegerla del bullyingâ??. El reporte psicológico reveló trazas de sadismo sexual, una absoluta falta de remordimiento y un distanciamiento paulatino con sus padres. La ruptura â??interna y externaâ?? habría iniciado desde la secundaria, desde los años en que estudiaba en el Instituto América, un estricto colegio de monjas en donde sus compañeras abusaban verbalmente de ella.

Las conclusiones del reporte criminalístico precisan que el homicidio se fue madurando durante un año. Fueron meses en los que Ana Carolina llegó a germinar la idea. Y a convencerse de que podía hacerlo. Que asesinar a sus padres era â??igual que deshacerse de un objetoâ??.

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