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jueves, 12 de marzo de 2015

Opiniones!!!


Buenas noches, estoy escribiendo un libro y me gustaría que me dieran sus opiniones, que tal le parece si esta bien o no (esto solo es un borrador). GRACIAS.


CAPITULO 1
.
Era un atardecer como cualquier otro, me trasladaba de la universidad a mi casa, en realidad a cabo de graduarme del colegio lo que significa que es mi primer año en la facultad.
Me dirigí hacia la parada de buses con dos de mis nuevas amigas; Luisa es muy explosiva pero es similar a mi mejor amiga, Yina es más tranquila, en realidad yo diría demasiada libertina. Afortunadamente no me es difícil encontrar amigos fácilmente, a pesar de que soy una chica demasiado callada o tímida; supongo, aunque yo digo que en realidad soy muy insegura de mi misma.
Unos pasos más adelante se dirigían unos amigos, son cuatro pero yo me relaciono más con dos de ellos.
Al llegar a la parada de buses compramos los pasajes. Me despedí de Felipe y de otro de los cuatro del cual ni siquiera recuerdo el nombre, Juan aún estaba comprando el pasaje y nuestro bus ya se dirigía hacia la puerta de detenida, así que no nos pudimos despedir de él.
Nos deslizamos hacia el bus rogando que hubiera sillas bacías pero para nuestra decepción todas estaban ocupadas, así que tuvimos que partir de pie hasta la próxima parada de buses, antes de que el vehículo arrancara observe a Juan haciéndole muecas a Luisa por no haberse despedido de él, en ese momento el bus se encamino hacia la próxima parada.
Luisa suplico en voz alta lograr entender la tarea que nos había dejado el profesor para el día siguiente, así que me digne a contestarle a su suplica.
-Afortunadamente no nos dejó también la guía, es demasiado larga - me digne a decir.
Luisa hizo un gesto en aprobación por lo que le acababa de decir. Es una chica de baja estatura, morena, con marcas en el rostro causadas por el acné, pero aun así muy guapa.
- Yo afortunadamente entendí, y me gustó mucho esta clase. - Dijo Yina interrumpiendo mis pensamientos.
Yo por mi parte no había entendido de a mucho así que me quede callada, mientras ellas seguían discutiendo por el deber. Me distraje mirando por la ventanilla del bus las luces que empezaban a encenderse ya que la noche ya estaba empezando a entrar.
- Si no llego a entender algo les escribo por la red social - Dijo Luisa.
- Claro, nos escribimos - exclamo Yina.
- Jess â??vuelve a la tierraâ??, ¿has escuchado algo de lo que hemos dicho? - Escuche decir a Luisa mientras ponía cara de pocos amigos.
- Lo siento no te he oído, estabaâ?¦ ¿Qué me has dicho? - Dije.
- Te hemos dicho que si no llegamos a entender algo nos escribamos por la red social, así a lo mejor nos sera mas fácil entender. - Me dijo en tono de regaño Luisa, mientras que Yina soltaba una risita.
- De acuerdo - dije en voz baja, demasiado baja.
El bus se esta llenando demasiado de gente y ahora me sera muy difícil salir, pensaba mientras observaba el montón de personas que estaban junto a la puerta de salida.
- Esto se llena cada vez más, a ver cómo le haces para salir - dijo Luisa interrumpiendo de nuevo mis pensamientos.
- Por fortuna aún falta bastante para llegar a mi parada - dije mientras
Intentaba tranquilizarme, en verdad está muy lleno este bus, la gente estruja a medida que van ingresando al vehículo. Y por si fuera poco se siente un calor terrible, (no me gusta el calor). Nos quedamos calladas por bastante, ellas perdidas por el sonido de la música que salía desde sus audífonos, y yo pérdida mirando el anochecer desde la ventanilla que se encontraba frente a mí. De pronto escuche la voz gruesa que me indicaba la próxima parada; era la mía, así que me empecé a preparar mentalmente para salir de este vehículo, el carro paro y solo me alcance a despedir de Luisa, Yina estaba un poco lejos y si no me apresuraba la puerta se iba a cerrar. Como pude empuje a algunas personas, y al fin logre salir.
Vi cómo se marchaba el carro con mis amigas, y me dirigí por el vagón para alcanzar el próximo bus, paso el primero, demasiado lleno así que como no tenía el más mínimo afán deje que pasara y no me subí, así mismo hice con el siguiente. Sonreí para mis adentros al ver el tercer bus completamente vacío, y me alegre de no haberme trepado en los dos anteriores.
Me dirigí rápidamente hacia una silla antes de que la multitud la ocupara, en el momento en que me estaba sentando un chico se inclinó para sentarse en el puesto que estaba al lado mío, y de repente vi cómo me sonreía, me sentí incomoda y dirigí mi rostro hacia el otro lado de las ventanillas, afortunadamente me había puesto los audífonos y me perdí en la música. De repente escuche una voz un poco apagada que se diría a mí, y boom era el chico que me había sonreído intensamente hacia tan solo un momento, me quite el audífono y lo único que se me ocurrió decir fue ¿dime?
- ¿Te diriges hacia SAN MATEO? - Dijo el chico
- Si - respondí casi tan inmediato como me volví a poner el audífono.
- ¿Estas estudiando? - Lo escuche decir.
- Si - respondí nuevamente dudando en volverme a poner el audífono.
- Y ¿Qué estas estudiando? - Pregunto mientras me sonreía
- Administración de empresas conteste, mientras no me explicaba porque me estaba hablando.
- ¿Cuánto te cuesta? - Pregunto esta ves.
- Tengo una beca. - Respondí secamente.
- ¿Cuánto llevas ya? Pregunto mientras miraba por la ventanilla. Y lo primero que pensé fue â??¿a que se debe esta entrevista?â??
- Hasta ahora empece, es mi primer semestre. - conteste con indignación mientras me colocaba de nuevo el audífono .
Según lo que había notado era un chico más o menos alto, moreno y quizás delgado, llevaba puesta una gorra y una chaqueta azul, junto con una mochila negra, llevaba una barba de por lo menos unos tres días, inesperadamente pensé, â??no es feo pero tan poco es el hombre más guapo que haya vistoâ??, me sacudí al pensar en ello, ¿qué importancia tenia para mi si era feo o de buen parecer?.
- Y. ¿más tarde que vas a hacer? Supongo que a encontrarte con tu novio - dijo
Esta vez.
- No, no tengo novio Respondí, sin ni siquiera darme cuenta de lo que decía,
Es cierto que no tengo novio, y tampoco me interesa nadie por el momento pero tampoco era para írselo diciendo al primero que me habla, me reprocho mi subconsciente.
- ¿Enserio?, me estas mintiendo, una mujer tan bonita y si novio, si como no. -
Dijo mientras soltaba una sonrisa pícara.
- En verdad no tengo - respondí, con una ligera sonrisa incomoda, ¿Por qué me preguntaba esto?. Porque le gustas, respondió mi subconsciente.
Me estremecí.
- Espero que aceptes mi hoja de vida - dijo en tono burlón.
Le sonreí esta vez mucho más incómoda, ¿me estaba pidiendo que considerara la opción de quizás convertirme en su novia?â?¦ Por Dios que le pasaba a este chico ni siquiera sabía mi nombre.
- Entendiste lo que te dije, ¿verdad? - Pregunto confuso.
- Si claro - respondí mientras observaba cuantas paradas me faltaban para llegar a mi estación. Para mi decepción el chico se dirigía exactamente hacia la parada a la que yo también iba.
- Y ¿que te gusta hacer? Pregunto curioso.
- Bueno, no lose, me gusta, escuchar música, dibujar , tocar guitarraâ?¦ Respondí
nerviosa.
- Y ahora te iras de fiesta supongo - dijo entre dientes.
- No, mañana tengo clase - respondí.
- Igual, iras solo un momento ¿no? - Pregunto sonriendo como si yo le pareciera muy divertida.
- No, claro que no tengo que estudiar. Dije airada. Lo que causo en él una rápida reacción. Supongo que se sorprendió.
- Lo digo porque muchas veces no falta el malo en un grupo y convence al resto
Respondió serio intentando salvar la situación. Yo no respondí nada.
- ¿Me podrías dar tu número de móvil? - Pregunto pícara-mente. Y yo creo que me quede en shok, ¿un completo desconocido me estaba pidiendo mi número celular?
¿Por qué? Y ¿cómo se le ocurría que yo podría llegar a dárselo? Estaba completamente equivocado si creía que le iba a regalar mi número móvil.
- No lo sé - respondí después de un momento.
- Si quieres - respondió sonriendo. ¿Es que no puede dejar de sonreír? Me dije a
Mi misma, ya me estaba enojando.
De pronto se quedó callado y no dijo nada más así que me puse rápidamente los audífonos. Pero justo en ese momento volvió a hablarme.
- ¿has ido a las carreras de motos? - Me pregunto con una sonrisa de oreja a oreja.
- No - respondí. - ¿nunca? - Me pregunto sorprendido.
- No, nunca - le respondí.
No dijo una palabra más, pero mire de reojo que estaba esculcando su bolso, completamente de prisa, me reí para mis adentro. Pero en ese momento me asuste al pensar que estuviera buscando en que anotar mi número móvil.
- ¿Cómo te llamas? - me pregunto
- Jessica - respondí.
- ¿Jessica qué? - Pregunto con esa sonrisa que me molestaba.
- Jessica Edwars - respondí mientras lo observaba. Estaba anotando mi nombre en un papel viejo y arrugado. ¿Es que no tiene buena memoria? Me pregunte.
- ¿has aprendido mucho? - Me pregunto en tono demasiado burlón
- ¿Qué? - Le respondí.
- En la universidadâ?¦
- Ah!! Bueno hasta ahora estamos empezando pero si, supongo que si. Respondí mientras me encogía de hombros con un gesto como el de una niña. En cuanto me di cuenta me enderece de nuevo en la silla y voltee la mirada hacia la ventanilla. Me dio curiosidad y voltee la cara para verlo, estaba sonriendo, como lo había hecho hasta el momento.
El autobús llego a mi parada, y claro a la que era también la de él. Me levante del asiento y me dirigí hacia la puerta, mientras me daba cuenta que me estaba siguiendo.
Se me acercó y me dijo y ¿Cuál es tu número?
Sonreí incomoda, no sabía cómo evadirlo para no tener que confirmarle mi número de celular.
- Si quieres, claro - me dijo serio.
- Si nos volvemos a encontrar te lo doy ¿vale? - Prometí mientras me dirigía
Hacia el puente que tenía que cruzar, y genial él también iba por el mismo lugar que yo.
- y si no nos volvemos a encontrarâ?¦ - respondió con una sonrisa preocupo-na.
- Quizás el destino nos lo permita - conteste intentando evadir, y además
Era lo único que se me ocurría decir en ese mismo momento.
- Di que sí - suplico.
- No lo sé - Conteste
- Anda, di que sí. Así nos podremos llegar a conocer mejor. Y no soy un psicópata!
Comento burlándose de mí.
- Tienes en que anotar - dije sin pensar, pero cuando me di cuenta de lo que
Acababa de pronunciar ya era demasiado tarde no me podía echar para atrás y él ya estaba sacando aquel papel viejo y arrugado en donde había escrito mi nombre y apellido.
Al final le di mi número y después de dárselo pensé, a lo mejor y habría podido cambiar el último dígito pero desafortunada-mente pensé demasiado tarde.
- Gracias y Hasta pronto - me dijo con una gran sonrisa de satisfacción.
- Hasta pronto - conteste. Y repentinamente se abalanzo hacia mí y me dio un beso en la mejilla casi a punto de llegar a la esquina derecha de mis labios; yo me eche un poco hacia atrás y parpadee varias veces en tan solo un segundo, me miro y se marchó.
Yo me dirigí a pillar un autobús más para destinarme a mi barrio. Me subí al vehículo me senté y en ese preciso momento mi subconsciente regreso y me recordó que soy una torpe.
De repente se me presentaron una hilera de preguntas a mi mente, y también un conjunto de reproches por mí misma.
El carro arranco hacia mi barrio, era un lugar humilde, desordenado, con problemas como cualquier otro, pero para mí era genial. Muchos decían que era un barrio feo y lleno de inseguridad, gracias a Dios a mí nunca me había pasado nada y ojala no me fuera a pasar.
Mire el reloj que estaba enganchado en la muñeca de mi mano y me dije que torpe soy, con poca ayuda de mi subconsciente que me gritaba eres una tonta, tonta, tonta. Acabo de darle mi número a un completo desconocido, que a lo mejor podría ser un psicópata me recrimino mi subconsciente.
Pero era obvio que no lo era, sin embargo le acababa de dar mi celular a alguien de quien no se ni siquiera su nombre. Un momento, hasta ahora recuerdo que le di mi nombre y apellido pero nunca le pregunte el suyo. Y además no entendía.
No entendía que había visto en mí, me dijo que era una mujer hermosa y francamente yo no lo creía, no soy más que una adolescente paliducha, no soy de estatura muy alta, soy delgada, mi cabello es castaño, ojos grandes y del mismo color de mi cabello, y piel blanca. Algunas personas dicen que tengo un cuerpo muy bonito al igual que mi rostro, pero yo nunca lo he creído. Voy a cumplir diecisiete el miércoles.
Al pensar en mi cumpleaños y mirar el reloj nuevamente, me acuerdo que el chico de cual desconozco su nombre tendrá por lo menos entre veinte tres y veinte seis años de edad, y yo hasta ahora voy por mis diecisiete, en ese momento me da jaqueca al recordar que mi madre cuando tenía diecisiete tuvo un romance fugaz con alguien mayor que ella quien después de dejarla embarazada de mí la abandono. Eran las ocho de la noche y si por si fueran pocas mis preocupaciones recordé que mi madre había ido en la tarde a llevar a mi hermana al hospital porque al parecer se había fracturado un dedo de la mano izquierda.
Claro, mi padrastro se había quedado solo con mi hermanita de seis años en la casa y era obvio que a lo mejor me habría revolcado por completo mi habitación, ya me lo imaginaba, tendría que haberme revisado la ropa, la cámara, mi libros y cuadernos, las maletas todo y por supuesto a los mejor me habría dañado unas cuantas cosa, le fascinaba hacerme la vida lo más miserable posible.
Me molestaba por completo, yo sabia que era el padre de mis hermanas y el esposo de mi madre pero no tenía absolutamente nada que ver conmigo, entonces ¿por qué carajos le fascinaba hacerme infeliz?, además ya había dañado parte de mi vida, con todo el dolor que me había causado hacia unos años atrás, arrebatándome de las manos mi infancia y parte de mi adolescencia.
Llegue a mi casa a eso de la ocho y treinta minutos, mi madre me abrió la puerta y en ese momento vi a mis dos hermanas que venían corriendo a abalanzarse sobre mí para saludarme.
Mi mama me sirvió la comida y me dirigí con el plato hacia la habitación de mis dos incansables hermanas para ver la TV mientras cenaba.
Después de un rato di las buenas noches y me destine hacia mi alcoba en donde volví a recordar al chico del cual ni siquiera el nombre supe, pero por muy gracioso que suene él ya sabe mi nombre, apellido y numero móvil.
Siempre me había gustado hacer la oración antes de irme a dormir, así que me puse de rodillas como cada noche y ore.
Antes de dormirme hice la tarea para el siguiente día y por fortuna me quedo muy bien, al parecer había entendido el tema mejor de lo que creía, eso me recordaba que debía tener más seguridad en mí.
De pronto me tendí sobre la cama y sin darme cuenta me dormí.






Cuando me desperté eran las seis menos veinte, me puse la almohada encima de la cara e intente volverme a dormir, pero fue inútil, no lo logre.
Después de desayunar me dirigí hacia la ducha, me aliste y a las diez menos cuarenta me despedí rápidamente de mis juguetonas hermanas y de mi madre para volver a la universidad.
Tome el autobús. Iba muy distraída. Tuve que irme de pie pues todas las sillas estaban ocupadas, unos señores comenzaron a tocar una música típica de mi país y luego recolectaron monedas. Me distraje mirando como siempre por las ventanillas cuando el vehículo se detuvo en una parada y al mirar hacia la puerta que se abría para que los pasajeros ingresaran, lo vi.


CAPITULO 2
.

Un joven alto, con cabello negro, era realmente guapo, lo observe mientras el intentaba acomodarse en un rinconcito junto a la puerta del carro y en ese instante me miro, sus ojos eran negros, hermosos. Me ruborice y eche un vistazo a un niño que se encontraba sentado en la silla de al frente, pero no pude resistir y volví mis ojos hacia él, quien nuevamente me devolvió la mirada a los ojos fijamente, y yo intentando no rendirme le sostuve la mirada por unos segundos, pero fueron tales los nervios que tuve que volver a mirar al niño de al frente.
Sentí las mejillas calientes, avisándome que se estaban tiñendo de rojo por completo, sin embargo no podía resistirme quería volver a ver a ese chico tan guapo, lo hice, y de nuevo me devolvió la mirada a los ojos. Pero de nuevo me puse nerviosa, y el corazón de repente se me acelero, mientras me daban cosquillas en el estómago, nunca antes me había sentido así; voltee la mirada hacia las ventanillas y me di cuenta que en ese momento no me había fijado en absolutamente nada más, tal había sido mi concentración en el que se me había olvidado hasta que tenía que bajarme del vehículo, observe la pantalla y afortunadamente aún tenía unas cuantas paradas más antes de llegar a la mía.

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