-Estoy aburrida â??dijo y se recostó sobre el tronco del árbol.
- ¿Qué quieres? ¿Nos vamos?
- ¿Qué tienes ahí? â??preguntó ella señalándole el objeto que tenía en la mano.
- Ah, ¿esto? â??levantó su mano mostrándole una punta â?? algo que hice mientras estabas durmiendo-. Luego le alcanzó la punta de madera.
- ¿Una rama, Cris?
- Aja, una rama a la cual le saque punta â??bostezó y le aconsejó â??cuidado, no te lastimes.
Se le dibujo una sonrisa en el rostro, no era tan tonta para lastimarse con eso. Había dormido toda la tarde acostada sobre el verde, donde había encontrado, por fin, la paz que tanto buscaba. Mientras ella dormía, Cris se había entretenido sacándole punta a una rama de quince centímetros aproximadamente.
-Está buena â??sin sacarle los ojos de encima comentó â??me gusta, se puede usar como un arma, en caso de que alguien quiera atacarme.
-Claro Julia, puedes defenderte con eso â??dijo Cris â??quédatela, te la obsequio pero ya vámonos que está oscureciendo.
Ambos se levantaron y dejaron atrás el conjunto de árboles, habían pasado toda la tarde en ese bosque que estaba a unos kilómetros de la ciudad. Les gustaba pasar rato ahí, encontraban esa armonía que en el caos de su ciudad natal no hallaban. Solo se iban unas horas, se recostaban sobre un árbol o directamente en el pasto y disfrutaban del silencio.
Saliendo del bosque tomaron un sendero de cemento viejo que los conducía devuelta a la ciudad, a la triste ciudad. Julia caminaba amenazando al aire con su nueva arma, parecía muy entretenida. Esto le trajo un vago recuerdo a Cris, de pronto se situó en una película que había visto el anterior fin de semana. Era una película de mafiosos, y se acordó de una escena que le había quedado en la cabeza. Uno de ellos tenía que hacer un encargo, debía matar a unos de los dones más importantes.
-Che Cris, ¿estás bien? â??Julia interrumpió su recuerdo -¿En qué piensas?
-No nada, solo me acorde de una película que vi el otro día â??y se sumergió nuevamente en esa escena que no olvidaba. El tipo vestido con un traje negro se acercó al don con el objetivo de saludarlo y darle un beso en el anillo que tenía en el anular. En su rostro se podía ver el miedo a ser descubierto y la satisfacción que le causaba lo que estaba por hacer. Se acercó al viejo y se arrodilló. Este extendió su mano, mano con tanto poder y decisión. Le besa su anillo y lo mira a los ojos. Todo fue tan rápido, no hubo tiempo para nada. Su cuchillo enterrado en el estómago del anciano y su mano cubierta de sangre. La expresión del don se quedaba sin sentido y su mirada perdía todo sentimiento, el vacío se apodero de ella. Retiro el cuchillo rápidamente y se perdió en el lio de la multitud.
Cris sintió como su pie se humedecía, su zapatilla se había mojado. Eso lo despertó de aquel recuerdo.
-Pero queâ?¦ ¡Que has hecho Julia! ¡Dios mío! â?? el camino se había llenado de sangre y Cris había pisado aquel charco. La sangre era de un cuerpo que estaba extendido en el suelo. Miro rápidamente al sujeto y luego a Julia. Seguía con la punta de madera en la mano, pero esta vez estaba teñida de rojo. La sangre seguía hasta la mano y parte de su campera. â?? ¡Que hiciste Julia, que hiciste!
-No lo sé, yo solo me deje llevar por tu historia â??su voz temblaba al igual que su cuerpo.
-Pero no, eso era solo una película. Dios, que vamos hacer ahora â??caminando ahora en círculos evitando la sangre Cris no podía concentrarse en pensar, estaba alterado y sin ideas. Estaban metidos en un gran lio.
-¿Y cómo sigue tu película?
-¿Cómo? â??preguntó sorprendido por la pregunta.
-Claro, solo sigamos con la historia.
-¿Estás loca? Es una película, una ficción, nada es real.
-No hay mucho más que hacer Cris, ya estoy metida en esto y tú también. Yo digo que sigamos con esto, sigamos con tu película. Estamos jugados ¿o no?
Cris hizo memoria y se situó devuelta en la película. Aquel hombre de traje negro se había escapado de la escena del crimen. Ya estaba a unas cuantas cuadras y sabía que tenía que seguir o podrían descubrirlo. Saco un pañuelo y limpio la sangre de su cuchillo para guardarlo en el bolsillo interior del traje. Sin embargo sus manos seguían manchadas de sangre, de un momento a otro se había convertido en un asesino. Había decidido el destino del aquel hombre, hasta cuando viviría.
Llego al lugar citado, en el muelle alguien lo estaba esperando . Era alto y de buen porte, llevaba un traje gris y sombrero negro. Estaba esperando a orillas del rio. Intercambiaron unas palabras y se dio a entender que el trabajo estaba hecho. Posteriormente se subieron a un bote a motor y se alejaron de la ciudad.
-Bueno, aquí no hay lancha, no hay nada â??dijo Julia interrumpiendo nuevamente.
-Mira â??contestó cris señalando a un costado del muelle â??es una especie de canoa, creo. Servirá para transportarnos.
Bajaron por las escalerillas del muelle y de un salto se subieron a la canoa. Era de madera vieja y tenía un solo remo ya que el otro estaba partido. Se sentaron uno opuesto al otro, Cris en la parte posterior porque era quien iba a remar. Julia estaba enfrente mirándolo, quería saber que más debían hacer.
-¿Y cómo sigue esto? â??rompió el silencio Julia.
-Ellos simplemente escaparon.
-¿Así? ¿Nada más?
-Siâ?¦ -su voz se apagaba, solo meditó y pensó.
Los dos hombres ya estaban camino a la libertad. Solo querían dejar atrás todo ese caos que uno de ellos había armado. Llegaron a un punto en donde el silencio se apoderó de ellos, eran ellos dos en la nada. De pronto el de traje gris dice:
-Apenas lleguemos allá, te debo entregar â??cerró sus ojos y continuo â??has hecho un gran trabajo pero necesitamos un culpable, lo lamento.
-No, ustedes no me prometieron eso â??su cuerpo comenzó a temblar â??tú no puedes hacerme esto, hice todo lo que me pidieron.
-Lo siento, solo hago lo que me piden.
-¡No! ¡No! ¡Nooo! â??gritó con ira. Sintió en su mano esa sensación cálida nuevamente. Saco su cuchillo y el destino fue otra vez una vida ajena. Ojos bien abiertos para su compañero, incredulidad y sorpresa en ellos. Se deslizo hacia un costado hasta caer del bote. El ruido del agua hizo eco en la noche empalidecida por la luna. Ya no había vuelta atrás, debía escapar hacia algún lugar.
De pronto, Cris sintió una punzada. Algo se hundía violentamente en él, su camisa empezó a humedecerse. Abrió los ojos y vio a Julia. Seguía sosteniendo la punta de madera y estaba cubierta de sangre otra vez.
-Perdón Cris, pero no podía dejar que me delates.
-Pe..pe..pero yo no ibaâ?¦ -no pudo terminar, Julia le dio otra puntada y otra más. Hasta terminar con el ultimo respiro de vida que quedaba.
-Tan solo hice lo que debía, lo que la película decía Cris.
Un grito ahogado sonó en todo el bosque.
-Cris, Cris ¿te encuentras bien?
El joven se levantó de golpe y con lo primero que se encontró fue con su amiga Julia. La alejo de un empujón y se palpó todo el torso, estaba todo en orden. Ni sangre ni heridas.
-Creo que has tenido un mal sueño Cris-. Dijo Julia acercándose a pesar del rechazo que había recibido anteriormente.
-Sí, creo que eso fue â??contestó, y una sonrisa apareció en su cara. Estaba contento de estar vivo y de tener a Julia al lado y saber que aquella versión de su amiga era solo un sueño.
-¿Qué tienes ahí?
Cris miro lo que tenía sujeto en la mano derecha. Era una punta de madera que había tallado anteriormente.
-Ah ¿esto? Es solo una tontería -. Se levantó y arrojo la punta hasta que se perdió en el bosque. â??Vámonos que ya está oscureciendo.
FIN
- ¿Qué quieres? ¿Nos vamos?
- ¿Qué tienes ahí? â??preguntó ella señalándole el objeto que tenía en la mano.
- Ah, ¿esto? â??levantó su mano mostrándole una punta â?? algo que hice mientras estabas durmiendo-. Luego le alcanzó la punta de madera.
- ¿Una rama, Cris?
- Aja, una rama a la cual le saque punta â??bostezó y le aconsejó â??cuidado, no te lastimes.
Se le dibujo una sonrisa en el rostro, no era tan tonta para lastimarse con eso. Había dormido toda la tarde acostada sobre el verde, donde había encontrado, por fin, la paz que tanto buscaba. Mientras ella dormía, Cris se había entretenido sacándole punta a una rama de quince centímetros aproximadamente.
-Está buena â??sin sacarle los ojos de encima comentó â??me gusta, se puede usar como un arma, en caso de que alguien quiera atacarme.
-Claro Julia, puedes defenderte con eso â??dijo Cris â??quédatela, te la obsequio pero ya vámonos que está oscureciendo.
Ambos se levantaron y dejaron atrás el conjunto de árboles, habían pasado toda la tarde en ese bosque que estaba a unos kilómetros de la ciudad. Les gustaba pasar rato ahí, encontraban esa armonía que en el caos de su ciudad natal no hallaban. Solo se iban unas horas, se recostaban sobre un árbol o directamente en el pasto y disfrutaban del silencio.
Saliendo del bosque tomaron un sendero de cemento viejo que los conducía devuelta a la ciudad, a la triste ciudad. Julia caminaba amenazando al aire con su nueva arma, parecía muy entretenida. Esto le trajo un vago recuerdo a Cris, de pronto se situó en una película que había visto el anterior fin de semana. Era una película de mafiosos, y se acordó de una escena que le había quedado en la cabeza. Uno de ellos tenía que hacer un encargo, debía matar a unos de los dones más importantes.
-Che Cris, ¿estás bien? â??Julia interrumpió su recuerdo -¿En qué piensas?
-No nada, solo me acorde de una película que vi el otro día â??y se sumergió nuevamente en esa escena que no olvidaba. El tipo vestido con un traje negro se acercó al don con el objetivo de saludarlo y darle un beso en el anillo que tenía en el anular. En su rostro se podía ver el miedo a ser descubierto y la satisfacción que le causaba lo que estaba por hacer. Se acercó al viejo y se arrodilló. Este extendió su mano, mano con tanto poder y decisión. Le besa su anillo y lo mira a los ojos. Todo fue tan rápido, no hubo tiempo para nada. Su cuchillo enterrado en el estómago del anciano y su mano cubierta de sangre. La expresión del don se quedaba sin sentido y su mirada perdía todo sentimiento, el vacío se apodero de ella. Retiro el cuchillo rápidamente y se perdió en el lio de la multitud.
Cris sintió como su pie se humedecía, su zapatilla se había mojado. Eso lo despertó de aquel recuerdo.
-Pero queâ?¦ ¡Que has hecho Julia! ¡Dios mío! â?? el camino se había llenado de sangre y Cris había pisado aquel charco. La sangre era de un cuerpo que estaba extendido en el suelo. Miro rápidamente al sujeto y luego a Julia. Seguía con la punta de madera en la mano, pero esta vez estaba teñida de rojo. La sangre seguía hasta la mano y parte de su campera. â?? ¡Que hiciste Julia, que hiciste!
-No lo sé, yo solo me deje llevar por tu historia â??su voz temblaba al igual que su cuerpo.
-Pero no, eso era solo una película. Dios, que vamos hacer ahora â??caminando ahora en círculos evitando la sangre Cris no podía concentrarse en pensar, estaba alterado y sin ideas. Estaban metidos en un gran lio.
-¿Y cómo sigue tu película?
-¿Cómo? â??preguntó sorprendido por la pregunta.
-Claro, solo sigamos con la historia.
-¿Estás loca? Es una película, una ficción, nada es real.
-No hay mucho más que hacer Cris, ya estoy metida en esto y tú también. Yo digo que sigamos con esto, sigamos con tu película. Estamos jugados ¿o no?
Cris hizo memoria y se situó devuelta en la película. Aquel hombre de traje negro se había escapado de la escena del crimen. Ya estaba a unas cuantas cuadras y sabía que tenía que seguir o podrían descubrirlo. Saco un pañuelo y limpio la sangre de su cuchillo para guardarlo en el bolsillo interior del traje. Sin embargo sus manos seguían manchadas de sangre, de un momento a otro se había convertido en un asesino. Había decidido el destino del aquel hombre, hasta cuando viviría.
Llego al lugar citado, en el muelle alguien lo estaba esperando . Era alto y de buen porte, llevaba un traje gris y sombrero negro. Estaba esperando a orillas del rio. Intercambiaron unas palabras y se dio a entender que el trabajo estaba hecho. Posteriormente se subieron a un bote a motor y se alejaron de la ciudad.
-Bueno, aquí no hay lancha, no hay nada â??dijo Julia interrumpiendo nuevamente.
-Mira â??contestó cris señalando a un costado del muelle â??es una especie de canoa, creo. Servirá para transportarnos.
Bajaron por las escalerillas del muelle y de un salto se subieron a la canoa. Era de madera vieja y tenía un solo remo ya que el otro estaba partido. Se sentaron uno opuesto al otro, Cris en la parte posterior porque era quien iba a remar. Julia estaba enfrente mirándolo, quería saber que más debían hacer.
-¿Y cómo sigue esto? â??rompió el silencio Julia.
-Ellos simplemente escaparon.
-¿Así? ¿Nada más?
-Siâ?¦ -su voz se apagaba, solo meditó y pensó.
Los dos hombres ya estaban camino a la libertad. Solo querían dejar atrás todo ese caos que uno de ellos había armado. Llegaron a un punto en donde el silencio se apoderó de ellos, eran ellos dos en la nada. De pronto el de traje gris dice:
-Apenas lleguemos allá, te debo entregar â??cerró sus ojos y continuo â??has hecho un gran trabajo pero necesitamos un culpable, lo lamento.
-No, ustedes no me prometieron eso â??su cuerpo comenzó a temblar â??tú no puedes hacerme esto, hice todo lo que me pidieron.
-Lo siento, solo hago lo que me piden.
-¡No! ¡No! ¡Nooo! â??gritó con ira. Sintió en su mano esa sensación cálida nuevamente. Saco su cuchillo y el destino fue otra vez una vida ajena. Ojos bien abiertos para su compañero, incredulidad y sorpresa en ellos. Se deslizo hacia un costado hasta caer del bote. El ruido del agua hizo eco en la noche empalidecida por la luna. Ya no había vuelta atrás, debía escapar hacia algún lugar.
De pronto, Cris sintió una punzada. Algo se hundía violentamente en él, su camisa empezó a humedecerse. Abrió los ojos y vio a Julia. Seguía sosteniendo la punta de madera y estaba cubierta de sangre otra vez.
-Perdón Cris, pero no podía dejar que me delates.
-Pe..pe..pero yo no ibaâ?¦ -no pudo terminar, Julia le dio otra puntada y otra más. Hasta terminar con el ultimo respiro de vida que quedaba.
-Tan solo hice lo que debía, lo que la película decía Cris.
Un grito ahogado sonó en todo el bosque.
-Cris, Cris ¿te encuentras bien?
El joven se levantó de golpe y con lo primero que se encontró fue con su amiga Julia. La alejo de un empujón y se palpó todo el torso, estaba todo en orden. Ni sangre ni heridas.
-Creo que has tenido un mal sueño Cris-. Dijo Julia acercándose a pesar del rechazo que había recibido anteriormente.
-Sí, creo que eso fue â??contestó, y una sonrisa apareció en su cara. Estaba contento de estar vivo y de tener a Julia al lado y saber que aquella versión de su amiga era solo un sueño.
-¿Qué tienes ahí?
Cris miro lo que tenía sujeto en la mano derecha. Era una punta de madera que había tallado anteriormente.
-Ah ¿esto? Es solo una tontería -. Se levantó y arrojo la punta hasta que se perdió en el bosque. â??Vámonos que ya está oscureciendo.
FIN
Tomas Robledo
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