A 100 kilómetros al noroeste de la Península de Yucatán está ubicada, si es que existe, la Isla Bermeja. Al menos, allí existió de manera comprobable en la realidad de los mapas realizados entre 1535 y 1775, año en que su existencia comenzó a entrar en un cono de dudas, luego de que una expedición en su búsqueda no arrojara ningún resultado positivo. En 1857, Bermeja reapareció en un mapa estadounidense. Desde entonces y hasta 1946, la misteriosa isla fue respetuosamente incluida en los libros editados por el gobierno de México. No obstante, cuando en 1997 el gobierno de México decidió explorar la zona de manera oficial, no encontró nada en su lugar. Después de esta fallida búsqueda, decenas de rumores y teorías conspirativas se echaron a andar, casi siempre sostenidas en una palabra clave: petróleo. Sucede que en aquel entonces diversas compañías petroleras de Estados Unidos comenzaban a hacer perforaciones cerca de la frontera con México en busca del oro negro. Las teorías no quedaron en la esfera del rumor: políticos mexicanos, entre ellos el senador José Angel Conchello, denunciaron que la Isla Bermeja había sido desaparecida voluntariamente. Poco después Conchello falleció en un extraño accidente. Cuando en el año 2000 se delimitaron las zonas marítimas de México y los Estados Unidos, la Isla Bermeja no apareció en la negociación, dando por hecho su no existencia. Si bien una investigación realizada en 2009 por la Universidad Autónoma de México avaló la presunta ausencia de la isla, actualmente Google Maps, por ejemplo, la continúa ubicando. ¿Existe o no existe la Isla Bermeja? Tal vez nunca pueda ser contestada esta pregunta de manera terminante, pero es innegable que existe una notable y persistente historia que conecta a dos países y un misterio de siglos.
Polémico tratado
La cuestión de la misteriosa desaparición de la Isla Bermeja se convirtió en capital a finales del siglo pasado, cuando el presidente mexicano Ernesto Zedillo negociaba con su homólogo estadounidense, Bill Clinton, un Tratado sobre la delimitación de la Plataforma Continental. México ya había hecho movimientos diplomáticos en la ONU para asegurarse el control de la Hoya de la Dona. La punta de lanza de la postura mexicana era el islote Bermeja, pero cuando en 1997 arrancaron las negociaciones, resultó que ya no estaba donde todos los mapas la venían situando desde el siglo XVI.
Ante tan sorprendente extravío, el Gobierno mexicano ordenó una misión militar que localizara la isla. Era mucho dinero y mucho territorio lo que estaba en juego. El buque de la Armada «Onjuku» viajó hasta la latitud indicada en los mapas para corroborar la existencia de la isla. El sónar del «Onjuku» no pudo encontrar huellas del supuesto islote en un amplio radio cercano a las coordenadas señaladas.
Finalmente, Zedillo y Clinton firmaron el acuerdo el 28 de noviembre de 2000, quedando el área de interés y la enorme riqueza de sus fondos bajo control estadounidense. Algunas estimaciones calculan en más de 22.000 millones de barriles el petróleo que perdió México al verse privado de esa zona del Golfo que lleva su nombre.
Teorías conspirativas
El caso de la Isla Bermeja alimentó toda clase de especulacines conspirativas. Muchos no entendían como un pedazo de tierra citado por primera vez en 1570 y mencionado en publicaciones oficiales de fecha tan tardía como 1946 se había evaporado súbitamente. Un grupo de senadores del opositor PAN exigió la apertura de una investigación oficial, mientras crecían las voces apuntando a teorías sorprendentes. Se decía que la CIA habría podido volar la isla e incluso se apuntaba a la connivencia de los negociadores del tratado por parte mexicana con los intereses de los Estados Unidos. Los legisladores que exigieron una investigación oficial al respecto señalaron que «existen sospechas sobradas de que la inmersión fue provocada por la influencia del hombre». La pregunta en el ambiente era: «¿Son los gringos capaces de haber hundido la isla para quedarse con el petróleo?».
La respuesta la darían los científicos. Jaime Urrutia, de los Institutos de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que con una bomba de hidrógeno se podría hacer desparecer una isla, pero consideraba tal posibilidad altamente improbable en este caso. Sí dijo que las islas pequeñas pueden desaparecer como consecuencia de la erosión causada por las olas.
Como parte del anecdotario, hay otras hipótesis que tratan de resolver el enigma de la existencia de la isla, destacando entre ellas las siguientes:
Según versiones algunos políticos mexicanos, fue hundida por un maremoto ya que se trataba de un banco de arena u arrecife coralino.
El secretario de Reforma Agraria de México, Abelardo Escobar Prieto, durante un gira de trabajo manifestó que debido al calentamiento global en los casquetes polares se ha derretido el hielo dando como resultado un aumento en el nivel del mar haciendo que esté sumergida medio metro bajo el mar.
Según el diputado al Congreso de México, Elías Cárdenas, la isla fue dinamitada por la CIA para que EEUU tuviera ventaja en los Hoyos de Dona petrolera como parte de una conspiración. De ahí el interés del gobierno estadunidense por firmar sus tratados de límites marinos ante los mexicanos.
En un mapa estadounidense editado en 1857 llamado "Maps of Nicaragua, North and Central America: Population and Square Miles of Nicaragua, United States, Mexico, British and Central America, with Routes and Distances; Portraits of General Walker, Colonel Kinney, Parker H. French, and Views of the Battle of New-Orleans and Bunker Hill" aparece claramente la Isla Bermeja ubicándola algunas millas náuticas al oeste del Arrecife Alacranes frente a las costas de Yucatán.
Algunas personas pretenden que el sitio todavía se encuentra considerado por agencias de viajes de EEUU como destino turístico. Pero se trata de una confusión con otros lugares con nombre "Bermeja".
Finalmente la explicación que resultaría más verosímil para muchos: Es muy posible que la Isla Bermeja haya sido una isla fantasma. Una isla fantasma es una isla que aparece en la cartografía histórica por un período de tiempo más o menos largo hasta que finalmente se asume o confirma su inexistencia. Se distingue de las islas míticas porque éstas surgieron como parte de mitos, leyendas, obras literarias o cinematográficas. Algunas islas fantasma aparecieron en los mapas como consecuencia de la ubicación errónea de islas reales. Algunas pocas islas fantasmas pudieron haber existido en la forma de bancos de arena, conos volcánicos, deposiciones de lava u otras estructuras inestables que han aparecido y desaparecido.
Todo esto puede resumirse en: La Isla Bermeja existe, pero fue desaparecida de los mapas. Esto para que México perdiera derechos sobre la explotación de los yacimientos petrolíferos inmensos que aloja (22,600 millones de barriles).
FUENTES:
Crónica (México)
http://bit.ly/1ArEZOw
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