Existe una arqueología prohibida que nos muestra inquietantes descubrimientos que, de revelarse ciertos, obligarían a rescribir la historia del hombre tal y como la conocemos. Aunque muchos se resisten a aceptarlo, existen una serie de anomalías que nos muestran claramente que algo inquietante ocurrió en el pasado. En muchas partes están apareciendo evidencias de una tecnología imposible.
No deja de ser sorprendente comprobar como algunas anomalías históricas son totalmente pasadas por alto por arqueólogos e historiadores, cuando no deliberadamente silenciadas. Se trata, casi siempre, de hechos que no encajan dentro de las teorías elaboradas por los expertos y que su reconocimiento oficial podría resquebrajar el edificio académico con tanto esfuerzo construido.
Una de esas anomalías hace referencia a restos hallados de animales y homínidos, de miles de años de antigüedad y que presentan orificios que sólo pudieron ser causados por proyectiles similares a los que provocan las municiones de nuestras modernas armas de fuego.
Citaremos tres casos a modo de ejemplo aunque, a buen seguro, deben existir muchos otros, arrinconados en los archivos de museos de todo el mundo, esperando a que alguien repare en ellos y cuya anomalía o se ha ignorado, o se ha ocultado de forma intencionada.
No deja de ser sorprendente comprobar como algunas anomalías históricas son totalmente pasadas por alto por arqueólogos e historiadores, cuando no deliberadamente silenciadas. Se trata, casi siempre, de hechos que no encajan dentro de las teorías elaboradas por los expertos y que su reconocimiento oficial podría resquebrajar el edificio académico con tanto esfuerzo construido.
Una de esas anomalías hace referencia a restos hallados de animales y homínidos, de miles de años de antigüedad y que presentan orificios que sólo pudieron ser causados por proyectiles similares a los que provocan las municiones de nuestras modernas armas de fuego.
Citaremos tres casos a modo de ejemplo aunque, a buen seguro, deben existir muchos otros, arrinconados en los archivos de museos de todo el mundo, esperando a que alguien repare en ellos y cuya anomalía o se ha ignorado, o se ha ocultado de forma intencionada.
¿QUI�N CAZABA BISONTES EN LA PREHISTORIA?
En esta fotograf�a puede observarse lo que parece ser el orificio provocado por el disparo de un arma de fuego.Son los restos de un bisonte que vivió hace 30.000 años
La primera noticia que tuve de este caso se remonta a mediados de los años setenta, a través de la obra de Erich Von Daniken El mensaje de los Dioses en la que hacía referencia a los restos de un bisonte que este autor había podido observar en un museo de Moscú en 1968.
En efecto, en el Museo de Paleontología de Moscú (adscrito al Paleontological Institute of Russian Academy of Sciencies 117868- Moscow, Profsoyuznaya st., 123) puede contemplarse el esqueleto de un bisonte que en su cráneo presenta un agujero perfectamente redondo y que tuvo que ser causado por el impacto de un proyectil lanzado a gran velocidad. En otras palabras, su aspecto es sospechosamente parecido al que dejaría una bala de moderno calibre. Sólo que este animal originario de Yakuzia, en la Siberia oriental, vivió en aquellas latitudes hace entre 30.000 y 70.000 años, cuando el hombre no pasaba de ser (según la historia oficial) un mero neanderthal
Desde posturas academicistas se ha sugerido que tal impacto (cuya realidad es tan evidente que no puede ser negada) pudo deberse a causas naturales. Y se añade que el único fenómeno natural que pudo provocar algo así habría sido el impacto de un pequeño meteorito. Francamente, por muy expertos que sean los enunciadores de tan descabellada teoría, ésta me parece totalmente absurda ¿Se imaginan un meteorito, penetrando en la atmósfera terrestre e impactando justo en el centro del cráneo de un bisonte en plena estepa siberiana? ¿Qué posibilidades hay de que tal hecho ocurra realmente? Además, un meteorito de tales características debería haberse desintegrado por efecto del rozamiento con el aire, antes de golpear al animal.
Los estudiosos se han puesto de acuerdo en que fue precisamente este impacto lo que provocó con toda probabilidad la muerte del animal, sin embargo no coinciden en lo que pudo causarlo. De haberlo producido alguno de los utensilios que utilizaban los hombres de aquella época, el cráneo hubiera sido destrozado o, en todo caso, no hubiera podido producirse un agujero perfectamente regular y sin grietas a su alrededor. No es así, y lo cierto es que estamos ante un orificio efectuado limpiamente.
¿Quién se dedicaba a cazar con rifle hace diez mil años?
EL CRANEO DE BROKEN HILL
El hallazgo tuvo lugar en 1921, cuando los trabajadores de una mina de zinc se preparaban para barrenar unos terrenos situados en una colina en Broken Hill (el nombre actual de esa ciudad es Kabwe, de ahí que en la literatura especializada se conozca con uno u otro nombre) y se percataron de la existencia de una galería, que conducía a la entrada de una caverna. La cueva estaba llena de restos humanos dispuestos de tal forma que indujo a los expertos a pensar que se estaba ante un lugar de enterramiento prehistórico.
Sea como fuera, los trabajos de recuperación se hicieron con torpeza y de los restos hallados, sólo nos ha llegado una mínima parte entre las que se encuentra el cráneo humano conocido como Hombre de Broken Hill u Hombre de Rhodesia. En un principio el cráneo fue clasificado dentro de la categoría de Homo Heidelbergensis e, incluso, se dudó que fuera un homínido, debido, sobre todo a su enorme tamaño. Actualmente se cree que el cráneo en cuestión sí perteneció a un homo sapiens si bien se especuló con la posibilidad de que el espécimen encontrado sufriera de acromegalia . Esta fue al menos la teoría mantenida por el Dr. Jack Cuozzo en su obra Buried Alive: The starling about Neandethal man objeto de fuerte controversia entre creacionistas y evolucionistas. Desgraciadamente, entre los restos no se halló la mandíbula inferior que, al parecer, hubiera ayudado en un diagnóstico más certero.
Los científicos no son de la misma opinión. Para la arqueología oficial la antigüedad del cráneo de Broken Hill está fuera de toda duda. En su día, los científicos estimaron su antigüedad en alrededor de 10.000 años. Sin embargo, posteriormente y gracias a técnicas de datación modernas, se ha establecido la antigüedad de los restos en 125.000 años y los clasificaron como una subespecie de neanderthales.
Y no fue éste el único cráneo hallado. En 1953, en Saldanha Bay, Hopefield, Sudáfrica, se encontró un segundo cráneo de un humanoide del tipo Kabwe, es decir, como el hallado en Broken Hill, con primitivas herramientas y restos de animales. A ese cráneo se le dio una antigüedad de entre doscientos y cuatrocientos mil años. Este hallazgo demostraría que no estábamos ante el cráneo de un homo sapiens aquejado de acromegalia, sino ante una subespecie de homínido que vivió en aquella zona de Ã?frica.
viernes, 20 de marzo de 2015
¿Disparos en la prehistoria?
Redactado por: Anónimo
Mi nombre es Christian y actualmente estudio Computacon e informatica, tengo este blog, porque me gustan el diseño y sobre webs, espero disfruten del contenido de sitio y pueden informarse todo lo que puedan. .
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