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viernes, 3 de abril de 2015

Escribi una historia y te la muestro


ELLA DESAPARECIO EN EL BOSQUE


En las tardes lluviosas si alguien sale de la ciudad siguiendo por la carretera que conduce al bosque tras unas pocas horas de viaje en carro podrá ver un viejo automóvil estacionado a un lado de la pista, tiene todas las luces apagadas y a simple vista puede parecer que está abandonado en medio de la nada, pero si te tomas la molestia de acercarte podrás observar a través de los vidrios bajo una densa cortina de humo a Roberto, el hombre que perdió a su esposa.

Fue hace muchos años en ese entonces Roberto y Sara llevaban tres años de casados y eran una pareja muy feliz, un día un pariente de ella muy querido por ambos enfermó, apenas se enteraron él hizo sus maletas y las de Sara y a la mañana siguiente partieron a visitarlo, Roberto condujo dos días seguidos para llegar a la ciudad donde vivía el familiar de su esposa.

Una vez que su pariente estuvo totalmente recuperado ellos decidieron partir, el convaleciente quería que se quedaran unos días más argumentando que el mal tiempo hacía impensable viajar, sin embargo los esposos tenían asuntos pendientes y Roberto debía volver al trabajo, así que partieron a pesar del clima y las lluvias torrenciales que caían.

El agua había acarreado mucho desmonte a la carretera, además era imposible ver más allá de unos cuantos metros Roberto manejaba con cuidado para no terminar en algún precipicio y no sabía cuánto faltaba para llegar al pueblo, al menos iba en la ruta correcta por lo que había visto en unos carteles y preguntado a unos policías.

Sara tuvo necesidad de estirar las piernas después de tantas horas de viaje e insistió a Roberto que pare, este accedió sin saber cuántas lágrimas derramaría por esa decisión, ella saco su impermeable amarillo y una linterna por si demoraba, él no la quiso acompañar pues estaba muy cansado y entumecido como para querer salir, la última vez que la vio ella se introdujo en el bosque, Roberto prendió las luces del carro y se puso a esperarla quiso prender el radio pero este no sintonizaba y sin querer quedo dormido.

Despertó a la mañana siguiente la lluvia había escampado la noche anterior y pudo darse cuenta que realmente no faltaba mucho para llegar a la ciudad, ya era muy entrada la mañana y se percató que las luces no prendían intento prenderlas en vano, estaban arruinadas y ella no llego, tal vez Sara se dio cuenta que escampo y se fue a la ciudad ha caminado por este bosque de noche muchas veces, pensó Roberto encendió el motor y condujo a la ciudad.


En la ciudad nadie había visto a Sara, Roberto intrigado regreso a la carretera con provisiones y espero ella no llegaba, empezó a gritar pero nadie le contesto, aquella noche acampo en el auto, Sara no apareció. Ã?l no se metía a buscarla por el bosque pues no lo conocía tan bien como su esposa, regreso a la ciudad por ayuda la policía fue con él, buscaron por todos lados, encontraron solo huellas de una persona que caminaba por un sendero pero las huellas terminaban inexplicablemente en un descampado, no hallaron otra evidencia.

Roberto fue apresado como posible culpable de la desaparición de su esposa pero paso el tiempo a falta de más pruebas y con un buen abogado Roberto pudo probar su inocencia y fue puesto en libertad, ante la justicia él era inocente pero no ante sus ojos, si tan solo le hubiera impedido salir, por esto cada noche lluviosa Roberto conduce el mismo carro al mismo sitio esperando a su esposa mientras fuma cigarrillos con las ventanas cerradas para intentar ahogarse con el humo.

Cierta tarde, lluviosa como muchas otras, mientras lloraba con amargura su pérdida miro por la ventana, un escalofrío recorrió su espina dorsal y sintió una especie de déjà vu pues todo era exactamente igual a aquella fatídica tarde, podía hasta jurar que respiraba el mismo aire, caían las mismas gotas de lluvia, el mismo lodo y desmonte acarreado por el algua al mismo lugar de hace muchos años.

Acaso Roberto se volvio loco despúes de tantos años de amargura, pena y desesperanza, tal vez, él tambien lo penso pero loco o cuerdo veía la misma imagen, una lluvia torrencial que no dejaba ver más allá, lodo y basura traída por la lluvia, podía ser su imaginación pero aún así lo veía.

Encendio un cigarrillo y medito tranquilamente en lo que le parecieron minutos pero bien podían ser horas, cigarrillo tras cigarrillo empezo a comprender la situación y se dio cuenta de todo y que solo existía un camino, la solución a todo, por fin la entendía.

Apago la última colilla, reflexiono un rato más y por fin se decidió a encarar a su destino.

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