Para los que no lo conocen, es una novela historica (sí, no vino Lennon a la Argentina) escrita por Juan Alberto Badía en donde cuenta una ficticia visita de John a la Argentina.
Es innegable que.. sí, es un poco bizarro (más leyendo los pasajes) pero creo que fue hecho con mucho amor de Juan Alberto hacia la banda y hacia John.
Dejo algunos pasajes.. (juro que son en serio)
Volví la cabeza. Era él, apoyado contra la pared sobre el lado derecho de la puerta de la radio. Llevaba las solapas del sobretodo levantadas y me miraba a los ojos. ¿Qué había en él que me producía tanto escozor? ¿Sería un marica que esperaba el momento para avanzarme? ¿Era uno de aquellos del Falcon con un nuevo mensaje? Esquivé su mirada como pude, buscando nervioso un cigarrillo para encender. Le dije:
- ¿Te aburriste mucho ahí adentro?
- No... tengo la sensación de que nadie se aburre ahí adentro. (...)
- ¿Por qué viniste a presenciar el programa?
- Porque quise...
Esa voz... Qué vibración extraña producía en mí esa voz.
(...) Miré a los costados. Me preparé para que pasase cualquier cosa. Le clavé la mirada para no perder sus movimientos y sentí la tensión de mis músculos. Llegó a una cuarta de mi nariz y en tono calmo, casi sin abrir la boca, despejando los ojos de los lentes oscuros y sacándose el sombrero, me dijo:
- Juan... Soy John.
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- ¿Comemos algo?
- Sí, pero algo liviano.
- Aquí, un sandwich o un Gancia con ingredientes.
- Buena idea.
Nos devoramos rápidamente el salame, el queso, las aceitunas, los saladitos. John comió todos los pickles que a mí no me gustaban, y yo todas las salchichitas calientes que a él no le gustaban.
Miré el reloj. Sólo faltaban quince minutos para comenzar el programa. Había en mí tristeza y angustia. Poco faltaba para que John Lennon dejase Buenos Aires, y las que vendrían serían horas en las que apenas podríamos hablar. John, atento, se dio cuenta de mi ánimo.
- Pagá vos acá. Yo te invito la próxima en el Empire State...
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Pizzería "La Victoria", en Ramos Mejía. Ese había sido nuestro destino. Era hora de comer... No podía ser otro lugar. Mi pizzería de tantas rabonas y noches después del club. Entramos y los recuerdos se me vinieron encima. Elegí la mesa de siempre y nos sentamos. (...) John dejó el disco de Gardel en la silla de al lado.
- Beto, ¿te marcho lo de siempre? ¿Dos balones? -preguntó el mozo.
- ¿Nos podés traer una chica de Muzzarella?
- Marche una...
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Lo llevé al hall central del estadio, donde había muchas fotografías con la historia de los campeonatos de River y una gran vitrina con los trofeos ganados.
- ¡Qué buen club!... Más grande que el Liverpool -se rió.
- Vamos... -le dije.
El entrenamiento terminaba y yo quería hablar con el "Mariscal", o con el "Beto", o con el "Negro", o con "Mostaza", que tenían la manija de este equipo. Entramos en la cancha principal y John volvió a sorprenderse.
Alonso, al descubrirme, se separó del grupo y se dirigió a mí. Al verlo venir sólo atiné a decirle a John:
- Este es el más grande jugador que apareció en los últimos tiempos.
- ¿Qué decís "monstruo"? -dijo Alonso, abrazándome.
- Te presento a un amigo que vino de los Estados Unidos y está por primera vez en la Argentina.
Se dieron la mano, se intercambiaron sonrisas y yo maldije otra vez el no tener una cámara fotográfica para guardar el recuerdo de dos de mís ídolos juntos. Sí... faltaba el "Flaco" y el sueño del pibe era completo.
- ¡Hacelo gallina que este es nuesto año!- me dijo el "Beto" palmeando a John en el hombro y dándome un beso para despedirse y seguir su camino hacia el vestuario.
- ¿En qué puesto juega el pibe? - preguntó Lennon.
- De DIEZ, el "Beto" es el DIEZ.
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Subimos las escaleras de los Estudios T.N.T. En la recepción pregunté si Spinetta estaba grabando, y para mi alegría me contestaron que sí.
- ¿Quién está grabando? - me preguntó.
- Luis Alberto Spinetta... El "Flaco"... El "Loco"... Un tipo impresionante que viene peleando de abajo, pero por la suya.
- ¿Qué música hace?
- Rock en castellano. Pero con un gran vuelo poético en sus letras. Se moriría si supiese que estás aquí.
- Recordá nuestro pacto...
- Creo que será ahora cuando más me costará mantener el secreto.
(...) Cuando Luis terminó la toma, dijo al control:
- ¿Quién está en el control?
- Badía, Luis. Vine con un amigo de los Estados Unidos a escucharte grabar.
- Hola Juan... pobre impresión se va a llevar.
- No creas... Lo veo muy entusiasmado.
(...) - ¿Te gusta?
- Sí, es muy original. El "Flaco" tiene una voz y unas letras muy personales. Por momentos me recuerda a Mick Jagger.
(...) Cuando los músicos estuvieron listos, el técnico les pidió una prueba mientras Luis les advertía a Pomo y Machi acerca de mi presencia. Los dos saludaron con sus manos desde el estudio y tras una mirada cómplice entre ellos marcaron "cuatro" y comenzaron a tocar "Lucy en el cielo con diamantes".
El técnico se dio vuelta para mirarme y sonreírse. John volvió a la posición de atención; pero ahora con sus dos manos abiertas a los costados de la cara. Yo me extendí bien y mirando al cielo raso murmuré:
- ¡Gracias, Dios!
Para evitar presentaciones e inevitables preguntas, cuando terminó el regalo saludé a los muchachos con el puño elevado y el pulgar extendido. John, parado, los aplaudía con los brazos bien arriba. Luis agradeció con una exagerada reverencia y su guitarra aún colgada. La experiencia había tenido una vibración especial. Esta vez no podría asegurar que hubiesen tocado el tema para mí.
En la puerta del estudio y antes de pisar la vereda, John dijo:
- Casi me hace llorar ese hijo de puta.
Como dato de color, en el 93 cuando Badía conoció a Paul, para su sorpresa le dijo "Cuándo vas a hacer un libro sobre mi como el que escribiste sobre John?".
link: https://www.youtube.com/watch?v=WMwtBVqZKkI
Redactado por: Anónimo
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