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miércoles, 11 de marzo de 2015

La condena (Cuento)


La condena

La condena (Cuento)

Y el tribunal sentencio "lo condenamos entonces a no amar", frente a pedido de benevolencia de su defensor los jueces antes de dictar su veredicto le dieron dos opciones al reo, perder para siempre su libertad, o mas nunca amar. Acepto la segunda, convencido que ya amo una vez y jamas volveria a hacerlo.

y asi comenzo a vagar por el mundo disfrutando su libertad, conocio las montañas mas altas, navego los mares las profundos, se adentro en selvas infinitas y camino por desiertos eternos. vio las noches de estrellas mas hermosas y disfruto de miles de amaneceres de ensueño. Comio los alimentos mas ricos y bebio de las aguas mas puras. Y asi era feliz, se convencio que su eleccion fue la correcta, que no viviria dos veces, que solo se necesitaba a el y una nueva aventura por cumplir.

En el silencio de una noche, en medio de la nada, rodeado de millones de estrellas se sintio pequeño frente al basto universo, y lloro al saber que su existencia alli era un milagro, en ese momento se reconcilio con su dios sin nombre. Sintio paz, sintio que ya todo lo tenia, que no podia pedir mas y camino a su lecho feliz. comenzo a cerrar los ojos sonriendo pero cuando estaba a punto de hacerlo sintio el vacio en su interior.

Esa misma noche emprendio la marcha, si en un lugar te sientes vacio es por que alli no esta por ende lo que te complete penso. Emprendio asi un viaje hacia norte, llego al final del camino y volvio con rumbo al sur, pero cada noche sentia la expancion de la nada, y en la busqueda de nuevas aventuras se acerco tanto a la muerte que hasta le vio el color de los ojos, igual el vacio siguia creciendo y lo consumia.

Y asi pasaron los años, y lo que busco no encontro, cumplio todas las aventuras posibles para un mortal. Ya vencido lo detuvo el cansancio sucio y arapiento antes de llegar a un poblado. Paso por alli una mujer de la mitad de su edad que lo vio tirado al costado del camino y se detuvo a ayudarlo. Casi sin fuerzas bebio el agua que le ofrecia, acepto ir con ella y comio en su mesa, unos dias despues cuando volvio a sonreir y tomo fuerzas, emprendio nuevamente su busqueda.

Un año despues golpeo la puerta de aquella mujer nuevamente casi muerto, ella lo recosto en su cama y cuido nuevamente de el, le dio agua y alimentos, con el tiempo se conocieron mas, sonrieron en la complicidad de la noche, A veces el apretaba su mano y la sostenia mientras le contaba de sus temores. Y asi estuvieron juntos por meses hasta que un dia sin mediar palabras el nuevamente se perdio en el horizonte.

Una mañana, lo vieron llegar al viejo tribunal que lo sentencio y en el salon de los pasos perdidos pidio a los gritos una apelacion a su condena. Su viejo abogado fue llamado por segunda vez para su defensa. Conocedor de los tecnicismos legales el letrado alego que siendo cualquiera de las dos opciones una condena y al no haberse utilizado en ella el termino "excluyente" el reo aun estaba en condiciones de cumplirla eligiendo nuevamente segun su voluntad. Los jueces se veian por primera vez frente a un caso similar sin embargo nada es al azar y una posibilidad asi fue tenida en cuenta por lo que accedieron. Al dictar la segunda sentencia preguntaron al reo "la libertad o amar nuevamente". Sin pensarlo dijo "quiero volver a amar". Fue esposado y conducido a una celda oscura donde un pequeño az de luz ingresaba durante el dia y que en las noches permitia ver alguna estrella lejana. Aquel dia, en un mundo de cuatro paredes frias se sintio nuevamente pleno. Amaba a aquella mujer que lo ayudo en el camino, amaba lo que ella hizo por el y lo que el era cuando estaba con ella.

El comprendio que no hay peor condena que no poder amar y la amara aunque nunca volvera a estar con esa mujer. Ella ya no sabra de aquel hombre que en algun lugar del mundo la pensara hasta el fin de sus dias. Aun asi el amor nunca es injusto.

Autor: J. Cuevas

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