En un tibio valle, tras una alta montaña, se erguía un castillo. Este hermoso castillo era conocido por ser el centro de la ciudad llamada Vaiette y a la vez por tener a la princesa más linda del mundo. Todas las mañanas salía Edda la princesa a caminar por la ciudad, preocupándose de devolver el saludo a cada persona que a ella se lo diera y de brindar una sonrisa a su pueblo que con amor recibía su gentil gesto. Todas tardes volvía a su mágico castillo, el cual con un peculiar hechizo parecía estar hecho de lava ardiente, la cual resplandecía en la oscuridad.
Una noche de lluvia mientras Edda dormía plácidamente, un malvado ladrón entró a sus aposentos y le robó su valentía, su magia y resguardado por la sombra nocturna se marchó por el bosque en su veloz caballo. El relinche del equino al salir galopando despertó a la princesa, la cual alarmada llamó los guardias. Pero ya era tarde. Ya nada se podía hacer.
A la mañana siguiente la princesa citó en el patio de su castillo a todas las personas que creyeran ser capaces de recuperar sus preciados tesoros. Al encuentro llegaron cinco caballeros, cuatro ladrones, tres caza-recompensas, dos exploradores y un cazador. Se ordenaron haciendo un círculo alrededor de la princesa la cual con voz débil y preocupada dijo:
Con un gran peligro se ha de cruzar.
Quien de mi magia se haga cargo,
Antes tiene que aprender algo.â??
Todos los hombres que conformaban el círculo abrieron sus ojos expectantes a lo que Edda estaba a punto de decir. Todos menos el cazador, quien se apartó del grupo apoyándose atrás en un muro para poder oír mejor. La princesa lo notó, pero no le presto mayor atención. Tomó un poco de aire y siguió con se explicación:
Mi padre y mi madre este don me han legado.
Su poder en malas manos solo mal podrá crear,
Así que a quien lo recupere un gran deseo he de dar.â??
El bosque, obscuro y verde a la vez era conocido como â??El resplandor de las ilusionesâ??, ya que apenas uno entraba en el bosque, este intentaba confundirte. Solo un alma noble tendría el poder para seguir el sendero correcto. El cazador habiendo escuchado esto montó en su caballo con dirección al bosque, ya que sabía que en el â??Mercado Negroâ?? de las brujas podría encontrar alguna pista sobre el paradero de los dones robados. Sin dudarlo siguió el sendero que lo llevaba al mercado de las brujas. Un pesado humo confundía su mente. Tenía la sensación de haber pasado meses montado en el lomo de su caballo. Al poco tiempo a poco Franz se durmió sin darse cuenta por el relajante trote.
Una familiar voz lo despertó en la entrada del mercado de las brujas. Era Leunam, un ser mitad dragón, mitad humano y a la vez su mejor amigo desde que eran unos niños. Después de lograr que Franz recobrara la conciencia lo llevó a â??La pócima del Hada Purpuraâ??, un bar de mala muerte. Conversaron y bebieron durante horas tratando de recuperar de alguna forma el tiempo que tenían sin verse. Recordaron el pasado, las travesuras, fiestas, peleas y todos los momentos memorables que juntos habían vivido a lo largo de su vida. Luego de mucho hablar Leunam le preguntó porque se encontraba tan lejos de su zona de trabajo, ya que no era habitual ver cazadores tan lejos de las praderas, a lo cual Franz le respondió contándole la historia de los dones robados y la recompensa que sería entregada al que lograra recuperarlo . Leunam notó que la motivación de Franz no era dinero ni prestigio, ya que jamás fue codicioso ni ambicioso. El dragón-humano aguanto lo que más pudo, pero la curiosidad lo obligó a preguntarle cual era el verdadero motivo de su búsqueda. Franz lo miró con tristeza y le dijo que no resistía la soledad, que el solo buscaba compañía.
Siguieron hablando por un rato más hasta que una fuerte explosión a las afueras del mercado los obligó a ir a investigar. Cuando llegaron ya había mucha gente por lo cual se abrieron lentamente camino hasta el lugar de los hechos.
Lo que vieron los sorprendió. Una hermosa hada estaba herida en el suelo dentro del agujero generado por le explosión. A su lado había un medallón azul que despedía un hermoso brillo. Franz le preguntó que porque lo tenía y para que servía. Ella les conto que se lo había dado un hombre vestido de negro, y él le había dicho que servía para controlar la magia. La explosión había sido un accidente jugando con el medallón.
Llevaron al hada a la posada y ahí la dejaron descansando. Al salir de la habitación Leunam le sugirió que el medallón del hada probablemente era el objetivo de su búsqueda y que tenía que partir al castillo cuanto antes. Franz le pregunto si él podía acompañarlo, a lo cual el accedió.
Con el medallón en el pecho Franz podía divisar el camino a través del oscuro y maligno bosque sin confundirse o sufrir por los diferentes encantamientos que este poseía. Al llegar a la salida del bosque notó que lo esperaban los otros catorce participantes que querían de igual forma poder obtener el deseo soñado. Lo amenazaron de muerte si no entregaba el medallón. Leunam se enfadó mucho al oír esto. Abrió sus alas y retó a los hombres a luchar con él, que el que pudiese a el vencer podría el medallón tocar. Los hombres atemorizados huyeron a excepción de uno de los cuatro ladrones, el cual retó a Leunam a un duelo.
Franz huyo al castillo mientras el ladrón estaba distraído peleando con Leunam. Tenía que aprovechar los pocos minutos que tenía para cruzar el valle y llegar al castillo. Leunam se batía arduamente contra el ladrón para poder darle tiempo a su amigo.
Ya empezaba a anochecer cuando llegó al castillo. Estaba desierto. Nadie rondaba ni cuidaba el castillo, lo cual era raro ya que siempre habían soldados cuidando los pasajes y patios del castillo.
Franz entró tapado con una capucha y recorrió el camino que lo llevaba a los aposentos de la dulce princesa. Empujo la puerta para poder entrar. La princesa dormía profundamente, parecía como si nada le preocupara. Franz le acaricio la cara para despertarla sin asustarla. Edda abrió los ojos y lo contempló. Franz sonrió y saco de su bolso el medallón mágico para entregárselo en sus manos. Edda le dijo lo agradecida que estaba y le pregunto luego si había podido recuperar su valor perdido. Franz la tomo por las manos y le dijo:
Pero si con el alma pido un gran deseo.
Sé usted eres princesa y yo solo un cazador
Pero le juro que la amo y que vuestro es mi amor.
Luché contra brujos y muchos males
Pero da igual, usted todo y más vale.
Desde pequeño su rostro admiro y quiero
Yo se que le amo y que la deseo.
Si lo permite, si usted me deja
Quiero ser yo quien la proteja
Que su valor perdido sea
En su medida, el que yo posea
Con mi escudo y con mi espada
Seré su guardián, mi bella dama.â??
Edda lo miro asombrada. Se dio cuenta que al lado del cazador ya no sentía miedo. Se dio cuenta de que no necesitaba valor. Ya que el calor que le brindaba Franz era más que suficiente.
El cazador visitaba todas las noches a la princesa. Le cantaba canciones, le leía cuentos y le daba las buenas noches con un tierno beso.
Una noche el cazador le hizo una propuesta la princesa. Le pidió que huyera con él a los bosques y que hicieran ahí su vida. Edda enamorada, sin pensarlo dijo que si. Bajaron las escaleras tapados con la capucha de Franz y la montó con él en su caballo. Cabalgaron durante horas escondidos por la sombra nocturna. Llegaron a una pequeña casa a la orilla de un lago, en la cual fueron felices por el resto de sus vidas.
Hola amigos de Taringa. Esto lo escribí pensando en la persona que quiero como una forma de poder expresarle aunque sea un poco lo que siento. Se que la redacción y la historia no están cercanas para nada a la perfección. Bueno sus criticas constructivas son bien recibidas, y los mas importante. Emilia te extraño <3 (asi de mamón ;D)
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