La mesa chica (Poema)

Aqui cuestionan la conveniencia
de si eres hombre
o mujer.

En esta mesa chica
las negociaciones de papel
vapulean al humano
y dan de comer a las estatuas rancias
de museos vacíos.

Tragan el humo,
y exhalan petroleo
con esos pulmones de mármol herido;
con esa arrogancia
de los que aquí mandan,
sin tener temor a nada ni a nadie.

Eyaculan lumbres peligrosas,
con sus novedades
en los nombres,
inventan lenguajes para que corrompan
la mirada ingenua de las certidumbres,

Dan un puñetazo en esta superficie
y tiemblan las vidas
y hasta toda muerte,
dan el ultimatum a los disidentes
para torturarlos con la indiferencia.

En la mesa chica sirven el cadáver
de una existencia oculta
para que alimentes tu cordura
taciturna.