Griten los de afuera

Griten los de afuera

Se siente hasta en los huesos, el comienzo de algo enorme
Duras horas del pasado se convierten en visiones futuras
Poco siento màs, que la mirada penetrante de esas criaturas
Pero miren, si para estar acorde hasta el cielo de gris viste su uniforme


Sigan hablando de historias de fantasìa, princesas sueñan despiertas
Caballeros fulgorosos a los dioses con sus gritos amedrentan
Me ha paralizado una vez màs el terror a la calma eterna
Teman màs a esta alerta, menos me hablen de la calma antes de la tormenta


Un silencio de respeto, quien entienda el mal estar del oprimido
Aquel que con sed de algo, y sin poder ver su sed saciada
Llora làgrimas secas cual alma sin cuerpo, cual cuerpo sin nada
Un silencio quien entienda¡No es un muerto a quien entierran! Solo es un herido


Veràn pronto que nada tiene sentido en un mundo donde lo esperable se hace realidad
Los expertos apretan ya sus labios, muerden ya sus lenguas hasta sangrar
Esuerzos vanos por ocultarse y ocultar que allì estuvieron, que existe ese lugar
Infierno de una calma dolorosa que convierte en menestèr la tempestad


Y que esboce un grito aquèl que pueda, con fuerza, tratando de imitar
Y que se sientan abrazados por la dicha los heridos que no fueron enterrados
Los miedosos y aùn pacientes, mentes ìntegras apaciguan corazones devastados
¡Y que griten fuerte los que aun pueden gritar!
Con el ruido de esa ùltima tormenta si es que pueden recordar


Hoy fue mi peor dìa en mucho tiempo
-La comida estaba muy salada
-Aprendì una novela de memoria
-El amor fue quìmica en mi cerebro
-Y sus besos, sus besos solo tacto y ruido que olvidè como sonaba
-Mis versos se convirtieron en estructuras, las estructuras, en esta lista


¡Griten fuerte los de afuera! ¡griten fuerte los de adentro mientras puedan!
Màs de uno vive aquì, griten, hagannos saber que no es esto lo que somos en verdad
Ni lo que fuimos, ni nuestros restos, piedad, pero somos dèbiles hasta para pedir piedad
Griten fuerte los de afuera, arrojen una cuerda que cada tanto alguno sale
Son màs los que se quedan