Alejandra Pizarnik, poetisa argentina, escribió un libro sobre un personaje bastante peculiar de la historia, la condesa Erzsebeth Bathory, famosa por la cámara de tortura que poseía en el sótano de su enorme y lúgubre castillo, donde entre otros artefactos de tortura, podíamos encontrar una dama de hierro hecha exclusivamente bajo su diseño. Erzsebeth pertenecía a una familia noble en la cual había antecedentes de enfermedades mentales a causa de relaciones entre primos que derivaron en fuertes tendencias a determinadas enfermedades genéticas. En sus fiestas sangrientas las invitadas de honor eran doncellas de 12 a 18 años, las cuales salía a secuestrar por la noche subida en su carruaje. Disfrutaba vestirse con ropas fínisimas de color blanco al celebrar estos macabros rituales para apreciar más aún el rojo de a sangre en todos sus matices. Se sabe que entabló amistad con un bruja que vivía en un bosque cercano a su residencia, en una casa aislada y acompañada de una docena de gatos negros, ella fue quien le dio la idea a la condesa de empezar a implementar los baños de inmersión en sangre de vírgenes
para mantener su juventud intacta.Es en verdad una historia tan cruel como interesante, posee una atmósfera muy peculiar y hasta surrealista, pero prefiero incursionar más en la misma en algún próximo post.
Volviendo a la cuestión, Alejandra escribío la historia de Erzsbeth con su estilo y segú ella, fue una de las veces que más pudo dejarse llevar por la escritura y las palabras, una de las veces que más disfrutó escribiendo, en momentos de realización de la novela, la autora llegó a redactar durante 10 horas por día.
Actualmente, hay una edición de esta joya literaria ilustrada por un artista argentino, que para mí es uno de lo más geniales e interesantes de nuestra época Santiago Caruso. Pueden encontrarlo en Ediciones del Zorro Rojo.Dejo a continuación algunas imágenes que ilustran el libro y también la promesa de pronto hacer un post más largo y lo más interesante posible sobre esta mujer cruel y enferma que pasaba sus noches en su tétrico castillo inmersa en su fantasía de sangre.
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